Carlos Rodríguez Mayo
Como consecuencia de la huelga que siguen manteniendo los profesores en Baleares en contra de su trilingüismo en catalán e inglés, surgen en los periódicos noticias de mucho interés acerca de nuestro bilingúismo. Hay una especialmente relevante para mi. Es la siguiente:
Como consecuencia de la huelga que siguen manteniendo los profesores en Baleares en contra de su trilingüismo en catalán e inglés, surgen en los periódicos noticias de mucho interés acerca de nuestro bilingúismo. Hay una especialmente relevante para mi. Es la siguiente:
FEDEA, un organismo dependiente de la Universidad Carlos III de Madrid, ha publicado recientemente (en septiembre de 2013) un trabajo, que se puede consultar completo en internet y que se titula:
"Evaluación de un programa de educación bilingüe en España: El impacto más allá del aprendizaje del idioma extranjero", cuyos autores son: Brindusa Anghel, Antonio Cabrales y Jesús M. Carro.
En un resumen que se introduce al principio de su estudio dicen éstos:
"Evaluamos un programa que introdujo la educación bilingüe en inglés y castellano en educación primaria en algunos colegios públicos de la Comunidad de Madrid en el año 2004. En este programa, los estudiantes no solo estudian inglés como idioma extranjero, sino que el inglés es la lengua en la que se enseñan otras asignaturas (al menos ciencias naturales, historia y geografía). Lengua Castellana y Matemáticas se enseñan solamente en castellano. Una prueba estandarizada de las habilidades consideradas indispensables para todos los alumnos del 6º curso en Madrid es nuestra medida del resultado en educación primaria para evaluar el programa. Nuestros resultados indican que hay un claro efecto negativo en el aprendizaje de la asignatura enseñada en inglés para los niños cuyos padres tienen, como máximo, estudios secundarios obligatorios; y ningún efecto claro en matemáticas y lectura, que se enseñaron en castellano".
Este estudio coincide con la evaluación que yo hice hace más de dos años en la E.S.O. y que envié de imediato al director y a la entonces Consejera de Educación de Cantabria, lo que no sirvió ni para corregir la política del PSOE ni para cambiar el PPLE del centro en lo relativo a la implicación en él de mi departamento (Geografía e Historia). En consecuencia mi posición goza ahora de un sólido argumento de peso, el de la existencia de un estudio científico público sobre nuestro mal bilingüismo que apunta a esa idea tan sencilla de entender para aquellos que no tienen intereses creados en que el funcionamiento actual de nuestro PPLE se mantenga. La idea de que las asignaturas que se enseñan en inglés a niños que no saben bien ese idioma padecen consecuencias negativas que los departamentos, el Director del Centro, la Comisión Pedagógica y el Claustro de Profesores, en el uso de sus competencias, tienen obligación de denunciar.