Me comenta José Antonio Miguélez que en el borrador del calendario de actividades del Instituto las fechas de la segunda evaluación se sitúan más de dos semanas antes del final del segundo trimestre. Lo compruebo y ambos nos comprometemos para evitarlo. Es natural. Tenemos la experiencia de otros cursos y, en especial, la del año pasado. El instituto funciona en el tiempo comprendido entre la evaluación y las vacaciones a medio gas, porque muchos alumnos asisten a actividades extraescolares programadas y dejan cojos a sus grupos.
Resolver o no este asunto es especialmente importante y significativo, porque supone elegir entre las actividades docentes diarias y las actividades extraescolares. A nuestro modo de ver, el respeto a la actividad cotidiana de las aulas exige conceder prioridad a las primeras y favorecer la realización de las segundas en el calendario vacacional. Por eso, hay que cambiar el calendario.
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