Torrevelo, la prueba del algodón.

Carlos Rodríguez Mayo

A la vuelta de estas vacaciones me encuentro con la noticia de que el Consejero de Educación del Gobierno de Cantabria está a punto de decidir el “concierto” del Colegio Torrevelo, un colegio que mantiene un ideario del Opus Dei y que practica una enseñanza separada de chicos y chicas. Como efecto de esta práctica, la anterior Consejera de Educación castigó al Torrevelo con la pérdida de las subvenciones del concierto, lo que provocó las quejas de los padres de sus alumnos, que acusaron de discriminación al gobierno socialista. Yo no voy a entrar aquí a discutir la presunta discriminación de los padres de alumnos ni el interés pedagógico o didáctico de la enseñanza mixta o separada, pero sí que tengo que decir que en una época de recortes no resulta de recibo un aumento de los presupuestos de las subvenciones a la enseñanza concertada como ha aprobado este gobierno, y menos si va dirigido a subvencionar a familias presuntamente ricas, como son las de los alumnos del Torrevelo, mientras se eliminan líneas de concierto con colegios como las Esclavas, Compañía de María y Ángeles Custodios, cuya actividad parece estar marcada por una fuerte sensibilidad “social”.

Si es cierta como se comenta la militancia personal del Consejero, señor Serna, en “la Obra”, el gobierno del Partido Popular se encuentra ante la prueba del algodón. Si en una época de recortes para la Enseñanza Pública como la que hoy mismo anuncia el Ministro Wert es posible dar el concierto al Torrevelo, el Partido Popular perderá una parte del apoyo social que le hizo ganar las elecciones. Si persiste en su idea de subvencionar a los ricos, la derecha política manifestará su carácter clasista, pondrá en contradicción lo que predica (ahorro y recortes) con lo que hace, y olvidará que un gobierno democrático debe estar más preocupado de la enseñanza que dirige (la pública) que no de generalizar su intervención en la privada con la subvención a los pocos centros que estaban al margen de ella. Con ello, además, el mito del mercado libre que dicen defender algunos liberales del partido se hace añicos. Por todas estas razones no se debe concertar al Torrevelo.