domingo, 13 de enero de 2013

El jardín de Europa

Carlos Rodríguez Mayo
Con una elegancia y un respeto enorme, Raquel Soto Escandón pedía en el artículo que escribió aquí, en “De puertas adentro”, en diciembre del 2010, que el espacio del llamado “Jardín de Europa” se reintegrase al uso de los alumnos del centro. Han pasado más de dos años desde entonces, pero parece que hoy se abre alguna esperanza de que la lógica de aquella petición acabe por imponerse.
La lógica democrática se quebró en los últimos años de la dirección de Daniel, cuando éste se empeñó en ser el más adelantado experimentador de los proyectos del gobierno socialista (bilingüismo, PROA, Comenius, etc.). Él fue el que imaginó esa extraña plantación de árboles (entre los cuales, creanmé, hay un roble americano), que en conjunción con un pedrusco y una placa alusiva, se transformó en el Jardín de Europa. Su mano no tembló cuando, tras una rimbombante inauguración (que permitió realizar, de paso, un pequeño ágape) se decidió cerrar el espacio al uso de los chicos, interponiendo dos vallas y una puerta que lo segregaba.
Desde entonces, atendiendo a razones discutibles, como la de la protección del crecimiento de los árboles o como la de la falta de profesores que se encargasen del control de esa zona en los recreos, “el jardín” se ha mantenido cerrado. Lo cierto es que, salvo Raquel y salvo el anónimo autor de la protesta que ese mismo año documentó Laura Cagigas en este blog (veasé la fotografía del 20 de abril de 2011) y el comentario posterior de Kevin Holanda, nadie se había quejado en público de ello, pero con todo y con eso resultaba enormemente contradictorio que se asumiese como zona de recreo la de los accesos asfaltados hacia el aparcamiento, con todos los riesgos de seguridad que conlleva la inevitable circulación de automóviles, y se prohibiese la presencia de los alumnos en este otro territorio.
Ahora, otras razones de seguridad aconsejan habilitar más puertas para el desalojo del edificio. Tal vez porque una de las puertas a habilitar conduce a este “Jardín de Europa” o tal vez por la sensibilidad que todo buen director tiene ante las demandas justificadas de sus alumnos, la dirección parece pensar hoy en reutilizar este espacio.
A mi parecer esta sería una muy buena decisión. Con ello se corregiría uno de los últimos residuos del autoritarismo de Daniel y se evitaría, en caso de incendio, que situaciones traumáticas del estilo de la reciente del Madrid-Arena se pudieran producir en el IES Ría del Carmen. 

2 comentarios:

  1. Ángela Gil Bolado29 de enero de 2013, 11:48

    Estoy de acuerdo con los comentarios y los artículos de años anteriores de los alumnos de este instituto, y opino al igual que ellos, que deberían abrir ese recinto para poder disfrutar de ese jardín, al igual que disfrutamos del resto de lugares del instituto. En varias ocasiones hemos visto ese jardín con algún profesor, pero ahora solo se puede ver desde detrás de la puerta impidiéndonos verle. Con un control opino que no habría ningún problema al estar ahí en los recreos. Además cuando hay un simulacro o un incendio de verdad, esa salida es bastante buena, y podemos desalojar el instituto más rápidamente, como hacíamos años atrás.

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  2. Iván Díaz y Andrés Alonsótegui29 de enero de 2013, 11:53

    En nuestra opinión "el jardin de europa" esta desaprovechado, ese espacio deberia estar a disposicion para los alumnos de bachiller.

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