Elsa Ajo Navarro
La respuesta a la pregunta que plantea mi compañero Diego Madrazo en el artículo sobre el incidente sucedido en el patio con el autobús de ALSA es que este hecho, al igual que muchos otros, es un sinsentido. Continuamente suceden actos como estos y similares, los cuales generalmente pasan inadvertidos. Yo no entiendo por qué lo hacen, lo peor es que no se dan cuenta de que detrás de cada autobús no está el instituto, sino una empresa o una persona a la cual se está perjudicando inutilmente.
Hago una llamada a la sensatez. Os induzco a pensar que no es un simple hecho de vandalismo, sino algo que está perjudicando a la gente ya que su medio de vida es destruido de manera absurda. A veces se sabe quien es el autor, pero muchas veces no y quien paga los desperfectos es quien menos culpa tiene, en este caso el conductor o la empresa. Solo me queda decir que es muy triste que esto suceda, que parece que nos estamos convirtiendo en gente sin sentimientos, que no mira mas allá de sus actos. Como decía mi compañero, solo la chulería y la diversión explican lo sucedido, pero yo me pregunto ¿qué diversión se puede encontrar en provocar un problema como este?
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