Vanesa Lahera Sebares
Durante estos últimos años en el instituto ha habido distintos problemas con los autobuses, como por ejemplo:
-El que se subiera gente que no tenía plaza asignada.
-El de la gente que se cambiaba de sitio en el autobús.
-La falta de asignación de plazas a los alumnos de bachiller a principios de curso.
-El problema generado por la rapidez con la que los autobuses se marchan del instituto, abandonando a una parte de los alumnos que se ven obligados a esperar a que sus padres vengan a buscarles.
El tema que voy a tratar más en profundidad va a ser el de la asignación de plazas, ya que este tema lo he vivido en primera persona desde que empecé el bachiller.
Todos los años, el director, para empezar el nuevo curso, pronuncia un discurso de presentación y allí nos entrega el carnet del instituto, en el que figura normalmente el número del autobús y la plaza asignada.
El curso pasado, cuando fui alumna de 1º de bachillerato, aunque comencé el curso sin plaza, acabaron por concedérmela a finales del mes de octubre.
Este curso, la falta de asignación de plazas, que el año anterior sólo había sido padecida por los alumnos de bachillerato, se amplió a todo el instituto. El director nos dijo que no teníamos plaza en el autobús, que esperásemos a las listas. A mediados de octubre, en el tablón de anuncios del instituto se expusieron las listas con las plazas establecidas para cada alumno. Pero hubo algunos errores de los que sólo existió constancia, cuando el director pasó lista a los pasajeros de mi autobús y comprobó que este tenía menos plazas que las asignadas.
Intentando arreglar el problema, el director restableció la lista hasta tres veces. Finalmente, más vale tarde que nunca, se consiguió cuadrar el número de plazas y de alumnos.
Este artículo lo escribo para que se tomen las medidas necesarias para que en los años venideros no se vuelvan a reproducir las molestias evidentes que algunos hemos sufrido.
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