Carlos Rodríguez Mayo
Como saben, mis responsabilidades en el centro requieren de una atención particular a las cuestiones relacionadas con la igualdad. Eso me ha llevado a interesarme por el proyecto de ley que la Ministra de Sanidad ha presentado al Consejo de Ministros. Leo el contenido de un artículo al respecto e imagino a la señora Pajín defendiendo sus posiciones con ese lenguaje políticamente correcto, en el que se suceden el masculino y el femenino, que tanto utilizan ahora los políticos. Luego pienso en que lo que se consigue es justamente el efecto contrario al que se persigue. Me explico: Si lo que se pretende es no discriminar, el lenguaje debería colaborar, usando conceptos claros y unívocos, de carácter general, sin tener en cuenta el genero masculino o femenino del sustantivo, de manera que si, por ejemplo, se quisiese hablar de la ciudadanía, o bien se debería utilizar ese mismo nombre o bien el término ciudadanos (que incluye a los dos sexos). Por el contrario, si para ello se utiliza el doble término, ciudadanos y ciudadanas, se está dando a entender que existen dos realidades diferentes, una masculina y otra femenina, es decir, se están seleccionando dos grupos distintos, o dicho de otra forma, se está poniendo la primera piedra de la discriminación (según el diccionario de la RAE: Discriminar es seleccionar excluyendo).
Para ejemplificar el absurdo de esta forma de hablar, imagínense que extendiésemos este lenguaje a los otros campos de la discriminación, es decir a la raza y a la religión. ¿Cómo habría que llamar a “La declaración de los derechos del hombre”? ¿“La declaración de los derechos del hombre y de la mujer, de los blancos, negros y chinos, de los cristianos, budistas, musulmanes, confucionistas y otros..."? Y además: ¿Qué es lo que pasaría con los conjuntos minoritarios no citados y con las realidades intermedias, fronterizas, como la de la homosexualidad, por ejemplo? Si no se citasen, ¿se estaría poniendo en duda su existencia o sus derechos? No, evidentemente no... Ya sé que lo que pretende la Ministra no es eso. Lo suyo es seguir la corriente de feministas, sindicalistas y partidos que intentan imponer cambios al idioma, porque suponen que modificando el lenguaje se cambian las estructuras del conocimiento y se cambia la realidad. Sin embargo, el idioma real escapa a las intenciones de estos políticos que, además, no se dan cuenta de que su manipulación es contraria a la igualdad que dicen defender.
En resumen, desde mi punto de vista, la igualdad requiere del uso de conceptos que tengan la extensión requerida, sustantivos con valor general. Si en vez de usarlos, se citan por separado los diversos conjuntos que componen el total, si el énfasis en la distinción se mantiene obstinadamente, se conduce a las mentes hacia la discriminación. Por lo tanto, este lenguaje, que algunos llaman políticamente correcto, debería ser combatido no sólo porque se enfrenta con la ley de economía en el lenguaje (por la que se debe emplear el mínimo de palabras para trasladar una idea), sino porque con él se dice justamente lo contrario de lo que pretenden los que lo utilizan. Que se convenzan sus partidarios, que son muchos. Es mucho peor el remedio que la enfermedad. Un desastre, vamos.
La politización del lenguaje por parte de los partidos políticos, ya sean de la condición ideológica que sean, trasladada a la sociedad provoca desconocimiento, frustración y aversión hacia la utilización de ciertas normas linguísitcas que deben ser aprendidas por el ser humano durante su etapa de escolarización.
ResponderEliminarEn la escuela y en el instituto es donde se debe llevar a cabo la labor de instrucción( sin dogmas políticos) de la sociedad. Dicha instrucción linguística no puede estar sujeta a díctamen político sino a consenso y raciocinio.
Por desgracia, hoy en día, la política lo engloba todo y muchas veces en su afán de dignificar e igualar a todas las personas de esta sociedad, ahonda más en el problema y lo magnifica de forma considerable sin llegar a una óptima solución.
Quisiera aprovechar esta opinión, para saludar al profesorado del IES Ría del Carmen, en especial al departamento de Geografía e Historia. Gracias a ellos y a los demás profesores no sólo he podido comprobar el funcionamiento interno de un instituto sino el buen grado de humanidad que hay en cada una de las personas que forman parte de la educación.
Y por supuesto, quisiera saludar al alumnado de dicho instituto, en especial al alumnado de 2 de Bachillerato, a los cuáles, deseo que tengan un buen año. Con esfuerzo y ganas podéis aprobar el curso y la selectividad. Suerte y ánimo.
Un saludo cordial
Alfonso
Muchas gracias, Alfonso.
ResponderEliminarGracias por tu trabajo y por tu ánimo. Si te acercas por aquí, no dejes de pasar a saludarnos y a contarnos tu historia.