Un relato de lo sucedido el día de la "huelga"

Tamara Méndez Fernández

Unos días antes de la huelga del ocho de marzo se nos convoca a los alumnos en el gimnasio para decidir si estábamos a favor de que ese día no se pusieran las faltas correspondientes con el fin de que algunas personas pudieran NO ir libremente al instituto y así ejercer su derecho de huelga. Ese llamamiento se produce por nuestra representante en el Consejo Escolar. La mayoría decide a favor de la opción de no poner faltas. Nuestra representante dijo que pasaría esa circular (de la que aún desconozco el contenido) a la jefatura de estudios del centro (sinceramente, os comentaré que yo voté a favor, aunque sabía que yo ese día iba a ir al instituto, porque tenía examen de matemáticas, pero me importaba más bien poco si ponían faltas o no. De modo que voté aquello pensando en el bien de otros), pero luego de esa circular jamás se supo... 

El ocho de marzo, el día de la huelga, llegó la hora del examen de matemáticas. Llevábamos más o menos media hora, cuando en el silencio de la clase irrumpió un aporreo en la puerta. (Antes de esto, he de decir que se había oído un alboroto en el centro y la voz del psicólogo diciendo en voz alta: ¡Que hoy no se puede hacer exámenes!) Sigamos... Lo que aporreaba la puerta eran los nudillos del director... Entró a la clase a la voz de "Si esto es un examen, que sepáis que queda anulado porque es ilegal, y es una norma superior, si tenéis alguna duda mandad un comunicado escrito". En fin, nuestra cara de sorpresa fue increíble. ¿Qué pensar si tras varios días de estudio te dicen que ese examen no es válido y que tendrás que repetirle, si es que lo haces, más adelante? ¿El derecho de huelga es un derecho o una obligación? Si quieres haces huelga y si no no, estás en tu derecho de asistir a clase o no, de hacer un examen o no. Tú te haces responsable de tus actos y de lo que acarrean. En fín, ese examen había sido pactado con la profesora antes de que se decidiese que ese día iba a convocarse una huelga. Pensábamos acudir al examen de mutuo y mayoritario acuerdo porque esa fecha era perfecta y veíamos que era lo más conveniente y dábamos nuestro libre consentimiento a que aquello sucediese así, sin presiones ni obligaciones de ningún tipo por parte de la profesora. SIEMPRE (repito) CON NUESTRO LIBRE ACUERDO POR MAYORÍA Y SIN PRESIÓN. Por eso, la actuación del señor director supone no respetar nuestros acuerdos. ¿Dónde quedan entonces los derechos? Creo que aquello fue un atentado contra nuestra libertad... Por otro lado hay que reconocer que no hubo templanza en el comportamiento del director, aunque no le culpo, porque quizás se veía presionado por terceros y llegado el momento cualquier persona puede llegar a un estado de bloqueo y reaccionar de forma poco coherente e irrespetuosa, una actuación fuera de lugar en alguien que debe tratar de dar ejemplo. 

Desde mi punto de vista en el instituto se confrontan muchos intereses y muchos ideales entre los altos cargos del centro que no dejan de repercutir negativamente en el alumnado. Creo que hay mucho que mejorar en este sentido.