Estos son mis números en la huelga del día 29. 1º de bachillerato, primera hora, 4 alumnos de 25, es decir, el 16% de asistencia y el 84% en huelga. Segunda hora, Arte de 2º de bachillerato, 4 alumnos de 13, es decir, 30,7% de asistencia y 69,2% en huelga. Iniciación a la investigación, tercera hora, también de 2º de bachillerato (la clase que mantiene este blog), 4 asistentes de 9 alumnos, es decir, 44,4% en el aula y 55,5% en huelga. Conclusión, asistencia mayor en 2º de bachillerato, pero dominio general de la huelga.
En enseñanza, siempre sucede así. Siempre triunfa la huelga, a pesar de que en sentido estricto los alumnos no disfruten de este derecho. Nada que decir a la inteligente percepción de Ana Virginia Quevedo, expresada aquí abajo. En efecto, unos alumnos hicieron novillos sin más, otros pensaron que la huelga era por algo, aunque no tuvieran una noción clara del por qué. Algunos padres pensaron en el peligro de que no pasase el autobús o de que hubiera piquetes en la carretera, otros hicieron la huelga defendiendo a sus sindicatos o simplemente mostraron su indiferencia, permitiendo que sus hijos se quedasen en sus casas. Al día siguiente se volvió a la normalidad y apenas hubo comentarios. Nos respetamos, nos toleramos... Simplemente, pasó y ya está... Sin embargo, como ciudadano que no quiso hacer la huelga, quisiera dejar escrita aquí la siguiente reflexión: Con el dinero que nos cuesta mantener abierto el Centro (recuérdese que esto se paga con los impuestos que pagamos todos los ciudadanos) y con el esfuerzo que aplicamos cada día alumnos y profesores para que esto sirva para algo: ¿Tan poco nos importa un día de clase?
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