Amparo

Carlos Rodríguez Mayo

Amparo no sólo amenaza con que te va a pegar, Amparo te pega... Amparo ha pegado durante más de treinta de años a casi todo el Valle de Camargo, de manera que no resulta necesario explicar la saña con que se abalanza sobre tí y te golpea la espalda y te chilla como una posesa con los ojos muy abiertos. Sin embargo, aún está por ver que alguien haya denunciado a Amparo por maltrato. Todos los golpeados se confiesan encantados de merecer su interés, de heberse reído alguna vez con su particular sentido del humor. No haría falta buscar mucho para encontrar a quienes la han provocado para que les pegase un poco o a quienes hubiesen pagado por entrar en la historia de Camargo de la mano de sus golpes. En esta época descreída, ella ha sido el santo obispo que confirma con sus golpes y la voz que daba el juicio más cabal sobre la forma de ser de cada uno. Ella conserva en su memoria el tesoro de las hazañas más famosas de los alumnos que pasaron por sus manos y sigue disfrutando, como siempre, de la provocación y la risa. Ella es la profesora más antigua y también la más querida de nuestro instituto. Es Amparo. Todo corazón.