Querido Carlos:
Iba a dejar las cosas tal como estaban, porque no quería cansar a los lectores, con una prolongación, ya no sé si innecesaria, del tema sobre el que estamos polemizando, pero tus entradas en respuesta a las mías suscitan en mí la necesidad de aclarar una vez más algunos aspectos relativos a mi situación profesional y a mi visión del bilingüismo.
Dejo de lado el que haya aprobado o no la oposición, para manifestarte que mi consideración -y cree que me he movido mucho por los centros de la región- con respecto a muchos interinos no desmerece en nada de la que tengo por muchos profesores con plaza, y que también mi opinión de algunos profesores con plaza es bastante peor de la que tengo por muchos interinos.
Si quieres que hable en profundidad de lo que pienso sobre las oposiciones -para mí una auténtica “chufa”- hablo; pero simplemente te diré que no sabía yo que aprobar un examen -yo mismo lo he aprobado en dos ocasiones- en el que manifiestas saber mucho, por ejemplo, “de los Balcanes” -que no necesariamente de otras cosas- ya te hace la persona más cualificada en todos los campos que se imparten en los institutos en el ámbito de los departamentos de Ciencias Sociales: Geografía, Historia, Historia del Arte, Educación para la Ciudadanía e Iniciación a la Investigación en las Ciencias Sociales.
Y apuntaré asimismo que hay por ahí cada uno que ha pasado ese “infalible filtro estatal” que es la oposición, que es de “traca de barraca” y del que es mejor no hablar, porque sus capacidades docentes dejan -por ser suave en la expresión- “bastante que desear”. Por ello, quizá no convenga elevar la superación de un concurso-oposición al mundo inteligible de las ideas puras platónicas, ni considerarlo la inamovible y perfecta clave de bóveda que sustenta un perfecto edificio educativo.
De igual manera, como comprenderás, yo no tengo la culpa de que la plaza bilingüe del Departamento de Geografía e Historia, se haya ofertado en este caso (el mío) como vacante, pero supongo que sí reconocerás mi derecho legítimo a cogerla. Y permíteme que señale que para que un profesor “no se esfuerce todo lo que debería” no hace falta ser interino: por no meterme más en el asunto, te invito simplemente a que prestes atención a lo que hacen en los centros miembros de otros escalones de la pirámide poblacional por edades. ¡Quizá te sorprendas!
Por otro lado, si digo que la pérdida de materia es (o puede ser) mínima entre bilingües y no bilingües y también digo que depende del profesor, lo que afirmo es que la pérdida de lo que se da, en cuanto a contenidos, entre grupos bilingües y grupos no bilingües, no tiene por qué ser sustancial; pero también digo que la pérdida de materia, en cualquier asignatura, bilingüe o no bilingüe, depende en última instancia de lo que haga el profesor y de cómo se organice éste. En Geografía bilingüe se enseña en inglés, no inglés. Pero bueno, al decir esto no creo estar descubriendo el motor a reacción.
Y si digo también que los profesores que dan bilingüe están (o deberían estar) más cualificados, lo digo porque éstos han de tener la acreditación que se necesita para impartir clase en bilingüe, y añadiré que, en mi caso, además de la carrera universitaria (de Historia, y con muy buenas notas, por otra parte) y del CAP, hice ya hace algunos años un examen de la EOI (oral y escrito) para conseguir la acreditación lingüística en inglés.
En fin, me gustaría terminar añadiendo que valoro las Ciencias Sociales más de lo que puedes creer, pero el hecho de que sea profesor de Ciencias Sociales -lo llevo siendo desde hace unos 7 años- no me impide ver a veces la relatividad práctica de algunos apartados que se enseñan en ellas y sí me permite vislumbrar la importancia que pueden tener en el ámbito práctico otros, aunque no estén relacionados directamente con las citadas ciencias, porque a mí los árboles no me impiden ver el bosque.
¡Un saludo!
sois un rollo, vostros dos. dejadlo ya. era pronto para el bilingüismo, pero ya no porque ahora traen del cole mejor inglés. lo de los intereses... vostros sabréis cuales os llaman.
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