Carlos Rodríguez Mayo
Nos dicen nuestras fuentes que no fue cierta la hipótesis de Elsa que justificaba los cierres a primera hora por la costumbre de los alumnos de sentarse en el frío suelo de los pasillos. En efecto, los argumentos que utilizaba Elsa para señalar su discrepancia eran razones suficientes para pensar que tenía que ser otra cosa. Al parecer la razón de la medida es la de unos presuntos desperfectos en el material de las clases. No sabemos cuáles ni cuánto ha sido el coste de la reparación, pero tampoco nos convence mucho la explicación, porque lo que sí que comprobamos es que, al llegar a las aulas, éstas estaban abiertas, de modo que la ejecución de la medida resulta contradictoria con su presunto objetivo, porque de este modo se facilitaría la presencia del alumno en clase sin la vigilancia del profesor, como sucedía anteriormente, cuando los chicos esperaban a la puerta del aula la llegada del ostiario. En conclusión, por lo tanto, seguimos sin saber la razón de lo que pasa. Un hecho que resulta muy frecuente cuando la autoridad no es transparente.
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