miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hoy no he hecho huelga

Carlos Rodríguez Mayo
Hoy no he hecho huelga. Aunque no apoyo en absoluto la "política de subvenciones" del PP, hoy he defendido mi derecho a trabajar al percibir que la convocatoria incluía un acercamiento excesivo a las posiciones de los que, con su derroche y con sus posturas abiertamente irresponsables, nos han metido en esta difícil situación.
Hoy quiero referirme a una de estas muestras de irresponsabilidad. Verán. Acabo de salir del aula de 2º de la ESO, un grupo de niños que está en una edad en la que la decisión sobre su asistencia clase corresponde a sus padres. Pues bien, el 100% de los alumnos no asiste. Como casi siempre que hay convocatoria de huelga, las aulas están vacías. 
La regulación que hicieron los socialistas del derecho de huelga de los alumnos menores de edad, esa en la que se promueve que a partir de 3º de la ESO los muchachos discutan sobre algo que aún no entienden y que sólo les interesa como medio de hacer novillos (no conozco el caso de que en los últimos treinta años, en ninguna votación haya ganado nunca la posición de asistir a clase y no hacer huelga) es una aberración. Pensar que no pasa nada por mantener las reglas del juego en la situación actual es no caer en la cuenta de que con ello se pierde mucho más que dinero. Con ello se pierde también el prestigio de una institución indefensa, como es la escuela pública, en la que parece que todo vale y en la que la calidad, la seriedad y la exigencia cada vez importan menos.
Cambiar para mejorar, incluye rearmar de fuerza y de moralidad a toda la institución y exigir esfuerzo a los alumnos y asistencia a los alumnos y a los padres responsables. Cambiar para mejor supone imponer obligaciones a los que quieran disfrutar de una enseñanza pública gratuita. Todo lo que sea pensar que se debe de seguir permitiendo esta situación intolerable es hacer el juego a un proceso de degradación de la escuela, cuyo signo más evidente es el de la propia inasistencia de sus alumnos y la falta de reacción al respecto de toda la sociedad.
En conclusión, si alguien no piensa pronto en que en la situación creada por la legislación vigente, la posible proliferación de asociaciones o sindicatos de estudiantes puede paralizar con facilidad a todos los centros públicos, el problema no puede por menos que crecer y crecer hasta que la burbuja de la irresponsabilidad nos estalle en las manos. No se debe jugar con fuego.  

1 comentario:

  1. Creo que en gran medida tienes razón, aunque me gustaría destacar que en mi opinión, creo que lo más justo sería que solo los alumnos de bachillerato tuvieran permiso para poder consultarlo y hacer huelga o no, ya que los alumnos de la ESO todavía no saben muy bien por qué se hacen las huelgas.

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