jueves, 27 de mayo de 2010

La otra emigración

Carlos Rodríguez Mayo
Además de los alumnos de 2º de bachillerato, también se van de la ría profesores muy antiguos, individuos de una especie en peligro de extinción que ha regado con su sudor diario, en la primera línea del aula, el límite de la marisma. Dos de ellos, Amalia y Alejandro, se marchan jubilados, o más bien jubilosos de llegar a los sesenta y de poder disfrutar de un privilegio que se acaba; los otros emprenden el vuelo a la busca de nuevos humedales: Roxana por razones que desconozco, Carlos López, empujado por aquellos compañeros que defienden las aguas sucias de este mal bilingüismo, sin corazón ni cabeza, y Miguel Ángel, presuponiendo que en su nuevo destino tendrá mejor aterrizaje. Todos tuvieron aquí su nicho ecológico y, cuando surgieron problemas, sintieron en sus propias carnes la política del silencio y el déficit de un apoyo necesario de los cargos directivos y de la Consejería de Educación. Todos, estoy seguro, hicieron su trabajo lo mejor que pudieron, formaron parte de nuestro paisaje, nos hablaron, nos enseñaron, nos animaron y aprendieron a acompasar su tiempo con las ruidosas bocinas del edificio. De entre ellos, además, Amalia y Carlos me ayudaron con su voz y con su voto. A todos los echaré de menos, pero a éstos, a los dos, me gustaría despedirles de una forma especial, aunque sólo se me ocurre repetir lo que ya saben: Que en su limpia trayectoria han demostrado que son mis amigos y que les quiero.

lunes, 24 de mayo de 2010

Tipex

Carlos Rodríguez Mayo
Nuestra ría es un lugar de paso, una encrucijada, un sitio en el que se pasan años antes de la gran migración. Lo sabemos, somos parte de la ría. Somos una marea incontenible, ese espécimen salado que se impregna de cañas y barro cada mañana y se retira a las dos y cuarto, normalmente en autobús. Vivimos como las sirenas, en el fronterizo paisaje entre el mar, el cielo y la tierra, sometidos al azar de los caprichos de nuestros múltiples destinos, que han cruzado sus trayectorias en este punto del mapa sin saber por qué ni para qué. Tenemos en común la lluvia y el sol de mayo, el frío de enero y febrero y este espacio construido en el que todos improvisamos sin guión. La ría mueve el caudal de nuestras almas al antojo de la luna y deja que cada cual ordene su pasado de manera distinta. Es por eso que el olvido pone tipex en mil frases diferentes de cada sector de memoria inútil, en las palabras sin uso y en las ideas sin cauce. Es por eso que unos se empeñan en conservar los tiempos felices y otros en cultivar la ira de los suspensos. Es por eso que hay quien piensa que aquí sólo hay amos y esclavos, depredadores y víctimas, mientras otros prefieren explicar lo sucedido por las leyes del amor y la nostalgia.
Entre tanto diverso rito, sin embargo, el tiempo que hemos vivido hará posible que nos reconozcamos en la entelequia del futuro. Si hemos trazado en común las líneas de la perspectiva y un punto de fuga al final, ese punto servirá. Mientras sigo debatiendo la penumbra de este lienzo interminable, muchos de vosotros partiréis... Os despido, haciendo esfuerzos por grabar mil desenlaces en esta flaca memoria, que ya sólo guarda lo que tiene algún significado; os despido desde el puente de la ría, que ve cómo la marea llena las aulas y luego las vacía; os despido disfrazado de madroño en la rotonda central, tras la palmera canaria y el pino castellano, que no sirven ni siquiera para quitar el polvo a las ruedas del último de los autobuses. No os quiero engañar. Más allá sé que hay algo diferente, que no será mejor ni peor. No os daré ningún consejo, salvo que cultivéis los brotes verdes, que tanto costó plantar, y que sigáis siendo buena gente. Recordad que todo cambia, pero también permanece, y que viven en la ría patos de muchos colores y garzas de blanco tipex, que acaban por ser tan blancas que al final desaparecen.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Se acerca el final de curso

Vanesa Lahera Sebares
Se acerca el día más temido para mí y para todos los alumnos de 2º de bachiller: la selectividad. Esta semana, es la semana en la que he estado más agobiada de todo el curso, ya que, cuando llegaba a casa, nada más comer, me ponía a estudiar y muchas veces pensaba que no me daba tiempo. Sin embargo, al final conseguí no estresarme tanto, aunque no mucho, porque todavía quedan los exámenes finales.
Afortunadamente ahora ya sé la carrera que quiero hacer. Cuando era pequeña, yo quería ser médica, y no porque mis padres fueran médicos, sino porque al ver la serie “Hospital Central”, me gustaba mucho lo que hacían. Pero al empezar cuarto de la ESO, cambié de opinión y decidí estudiar Magisterio. La razón de este cambio fue que las asignaturas que servían para estudiar Medicina de tercero de la ESO, me parecían muy difíciles, sobre todo la Física y la Biología. Además, esa carrera también me gustaba.
Ahora que estoy terminando bachiller agradezco a las personas que me animaron a estudiar bachiller, a mis compañeros y a mis profesores su apoyo, su compresión y su empeño en que hiciera las cosas bien. Sin ellos no lo hubiera conseguido.

martes, 18 de mayo de 2010

Querida amiga

Lucía Gómez Iglesias
Querida amiga:
Puede que nunca llegues a recibir esta carta, quizá porque yo no sea capaz de enviártela o porque cuando tú recojas el correo y veas mi nombre en el remitente no te apetezca abrirla, aunque también sé que hay una parte de ti que todavía quiere leer lo que escribo.
Han pasado ya muchos años desde que hablamos por última vez. No sé si tú te acordarás pero no hay un día que pase que yo no piense en ello. ¿Recuerdas que mi madre solía decir que la memoria es traicionera? Y tenía toda la razón... Y es que cada uno recuerda lo mismo de una manera diferente. Aquel día lo recuerdo tan perfectamente que me parece absurdo recurrir a la frase casi hecha de: “parece que fue ayer”, pues no me voy a engañar haciéndome creer que el tiempo no ha pasado y que no nos hemos distanciado de la manera que lo hemos hecho. Pero de ti me he llevado tantas cosas buenas... 
Recuerdo cada llamada que me hacías cuando sólo tú sabías que algo malo me pasaba, cada sonrisa que conseguías sacarme y cada palabra que hacía que me diese cuenta de lo mucho que te preocupabas por mí. Pasamos ratos muy buenos juntas, pero al final cada uno sigue su vida y su camino se hace único.
Éramos muy niñas cuando nos conocimos, y sé que no te puse las cosas muy fáciles cuando se trataba de hablar de mí, pero tú siempre lograbas ver lo que me hacía estar enfadada con el mundo y lo arreglabas. Allí donde yo veía una poesía, tú veías el fragmento de la vida de alguien; cuando yo veía una película acompañada de palomitas, tú la acompañabas de una caja de pañuelos o de un sin fin de carcajadas; donde yo veía una simple ola, tú contemplabas la más perfecta obra jamás creada; allí donde yo veía a una persona llena de arrugas y encorvada hacia la tierra, tú sólo podías sentir admiración por un superviviente de la guerra; en ese mismo lugar donde yo miraba a un enfermo, tú contabas por miles las ganas de luchar en la vida; en ese sitio donde yo veía una fotografía, tú sólo eras capaz de percibir un momento de la historia irrepetible, y allí donde yo veía comida, tú saboreabas la suerte.
Pero era esa forma de ser tuya la que tanto me gustaba y me sacaba de quicio, a la que me agarraba cuando estaba triste y me provocaba al mismo tiempo una envidia "sana" que sólo podía contrarrestar intentando no pensar en como te comportarías tú ante las situaciones de mi vida.
Creo que nos separamos porque me obligué a dejar de pensar en ti y en que algún día te marcharías, así que, como nunca me han gustado las despedidas, actué para provocar nuestra separación. Aceleré ese momento en el que creía que tú ya no sentirías la necesidad de llamarme, ni de hablar conmigo y contarme tus secretos, para hacerlos nuestros.
Y llegó ese día, el momento de separarnos y de no saber más de nuestras vidas hasta que alguien mandara una carta explicando lo que pasó; por supuesto, ese alguien soy yo.
Aquí tienes nuestra historia. No hace falta que contestes, ya que ni siquiera espero que leas todo esto. No te imaginas todo lo que me ayuda escribirte. Ahora ya sabes que siempre fui egoísta.
Te quiero.

Miedos

Lucía González Márquez
Me da miedo el futuro, pero prefiero pensar que será como los comienzos de esta etapa que he pasado en el instituto, caras nuevas y recuerdos inolvidables. Todo se trata de la transformación de un molde. Nacemos de una forma no determinada y se trata de concretarla, bien con influencias ajenas, buenas o malas,o bien con tu propia elaboracion.
Recuerdo mis principios en este instituto, inseguros y llenos de temores, debido a palabrerías de chicos y chicas mayores, que yo conocía de primaria. Al llegar a mi clase vi muchas caras desconocidas mezcladas con otras que ya conocía del colegio,y sus caras me dieron la sensacion de tener el mismo miedo que yo. Aparentemente eramos tan distintos y a la vez teniamos tantos sentimientos en común, que me sirvió para que poco a poco fuese perdiendo miedo y poder ir superando cada reto que se me aparecía por delante. Durante el instituto, he vivido muchas aventuras. Al recordarlas se me dibuja una gran sonrisa en la cara. He tenido la suerte de haber recibido clase de muy buenos profesores, que permanecerán en mi mente durante muchos años, y otros no tan buenos que por un mote u otra cosa por el estilo permanecerán también. He compartido secretos con las paredes y los azulejos de los baños me han visto estudiar. Me gusta recordar estos momentos. Estos años me sirvieron para conocer gente que espero que formen parte de mi vida durante mucho tiempo, mucha de esta gente sorprendente ya que muchos que no esperabas en los malos momentos, ahí estaban para echarte una mano. También me agrada mirarme al espejo y ver los progresos que he vivido durante estos años.
Ahora, me encuentro en la misma situación, una situación de inseguridad sobre mis decisiones, miedo a no saber elegir el camino correcto o si no es el correcto, el que más se le aproxime. Mi vida, mi futuro, depende de mi, recae sobre mi una responsabilidad de mucho peso. Veo a mis compañeras más cercanas con decisiones claras y con un futuro abocetado, en cambio yo, de momento, tengo las manos vacías. Se me hace un nudo en el pecho al escuchar a mi madre preguntar,” ¿Ya sabes qué quieres estudiar?” o la típica frase: ”es tu futuro.”
Espero que esta etapa que comienzo sea como la que dejo atrás, que el miedo pierda intensidad por segundos y la confianza fluya. Si queremos superar esta etapa que comienza, tedremos que afrontarla con valentía.

lunes, 17 de mayo de 2010

3, 2, 1… ¡Comienza la cuenta atrás!

Cristina Moscoso García
Ya está aquí, a la vuelta de la esquina nuestra querida amiga PAU, aquella que nos hará pasar nervios, horas de estudio, días sin tregua, sin descanso… Falta muy poco para que una etapa de nuestras vidas finalice y nos topemos con la siguiente, mucho más dura e intensa que ésta, en la que vamos a subir un escalón, que es el de aspirar a ser aquello que de pequeños nos preguntaban: y tú, ¿qué vas a ser de mayor? Pues bien, ahora es cuando nos toca decidir qué es lo que aspiramos a ser, de qué queremos trabajar.
Se acaba la etapa del bachillerato, aquella que yo comencé aquí, en el IES Ría del Carmen, hace dos años. Recuerdo mi primer día: mucha gente desconocida, muchos rostros nuevos, pandillas de amigos que después del verano ansiaban volverse a ver. Yo en cambio, no conocía a nadie, a excepción de cuatro de mis amigas de toda la vida del colegio, pero nuestro destino fue que cada una de nosotras fuese a parar a una clase distinta. Estaba asustada, avergonzada, tenía miedo y ganas de comenzar a la vez. Enseguida una de mis compañeras me sugirió que me sentase junto a ellas, hecho que me conmocionó mucho, pues apenas nos conocíamos.
Según avanzaba el curso todos nos hicimos buenos compañeros, algunos buenos amigos y yo me adapté perfectamente a mi nueva vida en el Ría y hoy estoy contenta de haber decidido cursar aquí Bachillerato.
De mis profesores me llevo lo mejor, muchas cosas que he aprendido gracias a ellos, nuevos conceptos y nuevas maneras de interpretar la vida. Consejos de personas sabias, con experiencia, que sin duda me ayudarán en mi posterior camino. De mis compañeros y amigos, qué decir. Les agradezco que me dejasen formar parte de sus vidas, de sus problemas, de su día a día. Me llevo muchas cosas de este mi instituto, he conocido la amistad verdadera, el compañerismo, el amor, y a ver la vida desde su lado más positivo. Por ello espero que los nervios no os traicionen estos días, os animo a realizar aquello que de verdad queréis y espero que todas vuestras metas y todos vuestros sueños, se conviertan en realidad.

viernes, 14 de mayo de 2010

El camino

Marta Sarabia Maza
Un día me levanté casi dos horas antes de que sonase la alarma de mi despertador. Estaba nerviosa y con ganas de comenzar ese nuevo e inolvidable camino. Metí todo lo necesario en mi mochila y empecé a andar. Lo primero en que me fijé fue en lo larga, difícil y oscura que era la senda, pero pasito a pasito fui avanzando. Con cada paso que daba iba creciendo… Había obstáculos y, además, mucha gente como yo, con la angustia y la emoción que yo sentía. Eran personas sin rostro, desconocidas, sin forma, misteriosos bocetos aún por descubrir. Y había, también, personas encantadoras a las que me arrimaba, porque me gustaba su compañía. En ellas encontré algo que me atraía... Llamaban mi atención con sus palabras. Me quedaba embobada oyendo lo que decían, y sigo haciéndolo... Espero poder andar junto a ellas el resto de mi vida.
El camino, que parecía interminable, se va acabando. Estoy superando los últimos obstáculos. Quedan pocos metros para alcanzar la ansiada meta. Miro hacia atrás y veo gente. Personas que me han guiado, personas que me han enseñado, personas que me han ayudado, compañeros con los que era agradable trabajar y mayores que han intentado grabar sus ideas en nosotros, mientras nosotros intentábamos entender.
Ahora admiro a estas personas a las que antes veía como simples apoyos que nos ayudaban a seguir en el camino. Cada una, con su propio estilo, me enseñó a pensar, a buscar dentro de mi, en los libros y en las palabras que escucho, para intentar ser mejor. De todas he aprendido. Quizá se me olviden sus nombres, pero siempre estarán conmigo, aunque aún me quede mucho por andar... Y sigo caminando para poder terminar y continuar mi camino.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Memoria y recuerdos

Sandra Hoyal Rodríguez.
Son las siete de la mañana, y de repente ¡RIN! Un molesto despertador hace que me levante; me lavo la cara y me pongo la ropa mas bonita que tengo, llevo una semana pensando qué ponerme, estoy muy nerviosa, no se qué va a pasar… Es un día muy importante para mí. Bajo las escaleras hasta llegar a la cocina, mi madre me espera con un Cola Cao y unas galletas; estoy tan nerviosa que no paro de hablar y apenas desayuno. Después, cojo mi mochila, que abulta más que yo, y me dispongo a salir. Me espera el autobús; no puedo parar quieta en mi asiento, ya queda menos para llegar a mi destino. Mi primer día de instituto está por comenzar, tan solo quedan unos segundos para entrar por la puerta, desde ese momento veré la vida de puertas a dentro de este centro, aquí voy a pasar seis años o eso espero y hoy es solo el primer día…
Parece que fue ayer… Pensaba que estos seis años (que se dice pronto) iban a hacerse eternos, pero, al contrario, han sido los seis años más cortos de mi vida. Aunque han pasado muy rápido, han sucedido muchas cosas. He tenido muchos profesores, algunos han sido buenos y benévolos, otros han sido amables, otros exigentes… Algunos me han enseñado cosas puramente académicas y otros me han enseñado cosas sobre la vida; con algunos me he reído y con otros me he enfadado, de algunos no me acordaré cómo se llaman (soy pésima para memorizar nombres), mientras que de otros me acordaré toda la vida (tanto por lo bueno como por lo malo). Me han enseñado algo de historia, el cómo comprender a los British, el valor de X, el por qué piensan unos “señoritos” llamados filósofos, mis amadas etimologías, el país más impronunciable del mundo, lo que es una célula, cómo se mueven los átomos, la dichosa sintaxis y la maravillosa literatura, y también a contemplar una obra maestra… Aunque solo hayan formado parte de mi vida seis años, probablemente han colaborado en hacer de mí una persona algo más formada, algo más madura y algo más vaga también.
Y como no, tengo que nombrar aquí a mis compañeros. Con algunos he tenido una relación fantástica que ha terminado en amistad y con otros he tenido mis más y mis menos, pero a fin de cuentas ellos han estado presentes. A algunos les conozco desde la infancia, a otros les conocí aquí, pero todos, poco a poco, han ido haciéndose un huequecito en mi recuerdo.
Tal vez esta sea una etapa que vaya olvidando con el tiempo, y seguramente, con los años, no me acuerde de muchos, del mismo modo que estoy segura de que no todos se van a acordar de mi. Pero me conformo con que algunos sí se acuerden de esa chica que odia las matemáticas y a la que, en cambio, le encanta hacer comentarios de texto, de la que siempre remolonea e intenta buscar el camino más fácil, aunque finalmente pasa por el aro y termina yendo por el camino más complicado, de esa que no calla ni debajo del agua (lo reconozco), de la que ama el teatro y se ríe hasta de su sombra. Me conformo, pero haced un esfuerzo y no me olvidéis…

martes, 11 de mayo de 2010

Nueva etapa

Valvanuz Fuentes Diego
Estoy en la biblioteca preparando los exámenes finales. ¡Vaya estrés que tenemos todos!, y es que 2º de Bachiller es el curso más duro de los que he tenido, obviamente porque se exige más, aunque intuyo que en la carrera será aún peor... buff...
Espero pasar la selectividad, entrar en la universidad y dejar atrás esta época de mi vida que, al menos en mi caso, ha tenido muchos altibajos. Pero si hay algo que no pienso dejar atrás, de lo que no quiero olvidarme, esos son mis recuerdos; unos mas alegres, otros menos, pero todo me sirvió para evolucionar y convertirme en lo que soy. Espero no parar de evolucionar nunca.
Me acuerdo del primer día de clase en 1º de ESO, todo era nuevo, las clases eran muchas y con muchos números y los pasillos muy largos. Menos mal que por entonces casi nunca nos movíamos de la misma clase en toda la mañana. Me tocó adaptarme, me costó el cambio por todas esas normas y reglas que hay que cumplir, pero se aguantó bien. En segundo curso repetí porque hice el vago todo el año y quise ponerme al día al final y, lógicamente, eso es imposible. Pero todo sirve para madurar en esta vida, y al curso siguiente fui de las mejores de la clase.
Todos los cursos nos cuestan, pero lo hacemos para llegar a un fin, a nuestra meta. La meta es eso que hace que valgan la pena todas las horas de sueño perdidas y todos los fines de semana estudiando en casa. Pues bien ahora sé que ha merecido la pena y que en el futuro intentaré ser tan buena profesora como algunos de los que me han enseñado. Hay profesores buenos y malos, como en todas partes, pero algunos, los menos, son los que de verdad nos ayudan y nos hacen reflexionar y pensar por nosotros mismos. Porque si hay algo que tengo muy claro es que el ser profesor no implica tener muchísimos conocimientos, sino sobre todo, saber transmitir lo que se sabe a tus alumnos. Una vez alguien muy sabio dijo " Saber es pensar es decir " o sea, el que no sabe explicar es como si no supiera pensar y eso debería ser la premisa indispensable para ser buen docente.
Y a los que quedáis aquí deciros que lo aprovechéis, que jamás tiréis la toalla. El mundo al que os vais a enfrentar cuando salgáis fuera no tiene nada que ver con el instituto. Ese mundo es cruel e injusto a veces y para que eso os haga el menor daño posible un consejo: Aprended, sentios dueños de vuestra propia vida, capaces de elegir y de pensar por vosotros mismos y cuando hagáis algo que sea porque realmente lo queréis así y no porque nadie os lo imponga, seguid vuestros principios. A mi modo de ver los conocimientos quedan a un lado si tenéis esto.
Y ya para terminar, doy las gracias, como no, a toda esa gente que año tras año me va aportando algo nuevo. Gracias a los alumnos y amigos por estar ahí siempre, a otros simplemente compañeros de clase, a profesores por enseñarme a superarme, empleados del instituto por saludarme todas las mañanas que llego tarde con esa sonrisa y no ponerme retraso. En fin, gracias a todos por haber hecho que estudiar ahí sea una tarea menos pesada. ¡Hasta la vista!.

lunes, 10 de mayo de 2010

Recreos con mochila

Carlos Rodríguez Mayo
Me molesta mucho contemplar a los alumnos del instituto en el recreo. Cuando yo era niño, salíamos al patio, gritando en dirección al campo de futbol y no parábamos de correr. Los profesores de entonces se quejaban del olor a tigre que metíamos en clase. Ahora ya no hay nada semejante. Miguel Ángel García se encargó de organizar partidos informales con los alumnos de 1º y 2º, hasta su jubilación, y el instituto no supo agradecérselo, todo lo contrario. Se marchó asqueado del maltrato al que fue sometido por la antigua dirección.
Durante el curso actual, la mayor parte de los alumnos parecen habituados a cargar con su mochila. No ha habido más protestas que la que yo mismo sometí al claustro, durante el primer trimestre. Desde entonces, miro al patio en los recreos y me sorprende la pasividad con que soportan los alumnos esta situación. Actúan como si no fuera posible remediar la irracionalidad de esta pena indiscriminada de trabajos forzados, acostumbrados ante la fatalidad de lo que parece inevitable.
Sin embargo, el problema se puede remediar sin grandes complicaciones, porque en la actualidad hay tantos profesores de guardia en los recreos que el instituto estaría en condiciones de garantizar que no haya alumnos por los pasillos y que las mochilas, dejadas en el aula, permanezcan a buen recaudo. Me preguntarán, entonces, por la razón oculta que impide que se resuelva la cuestión, ¿cuál es el problema? Si no estoy mal informado, tan sólo se opone a la solución natural, que es la de organizar el instituto en aulas/grupo, la moda de las aulas/materia, una moda pedagógica que persigue la acumulación de medios diversos de cada asignatura en aulas determinadas, y que no suele utilizarse en demasía, por lo que resulta una medida de dudosa eficacia.
Pues bien, mientras los representantes de nuestros jóvenes y padres reclaman a la autoridad competente que satisfaga sus legítimas demandas, mientras los cargos directivos se reúnen y resuelven colegiadamente, nuestros jóvenes se encorban por el peso de los libros y tienen que renunciar a su normal movilidad en los recreos. Ojalá que los representantes de alumnos y padres sepan incluir entre sus prioridades esta cuestión no baladí y ojalá que la jefatura de estudios tome buena nota de ello para resolverlo definitivamente. Si se consigue cambiar, no me cabe la menor duda de que los alumnos del año que viene serán mucho más libres, al menos durante los cuarenta minutos diarios de sus recreos.

Como robots

Sandra Hoyal Rodríguez
Vivimos en una sociedad en la que la manipulación está a la orden del día, todo nos influye, hacemos algo porque lo han dicho en el programa de fulanito, nos compramos una pulsera del equilibrio porque es “beneficiosa” ¡para todo! y por supuesto porque lo lleva todo el mundo, un político creemos que es un incompetente porque lo leemos en el periódico X pero si lo leemos en el periódico Y es el mejor político de la historia del mundo, y así podríamos hacer una larga lista de cosas que nos afectan porque nos dicen que nos tiene que afectar.
El motivo de que nos comportemos así está claro, nos pasamos más de media vida pegados a la televisión, la objetividad brilla por su ausencia en los medios de comunicación y las noticias supuestamente interesantes te las cuentan como a ellos les interesa. ¿Para qué? Está claro, para vender. Hoy en día, por lo visto, la moral no sirve para mucho.
Actuamos como robots, parece que funcionamos con un mando inalámbrico que nos mueve de un lado a otro, que hace que actuemos de una determinada forma y los que lo manejan saben perfectamente cómo manipularnos. Un claro ejemplo, que nos ha hecho a todos “entrar al trapo” de la noticia, han sido los artículos que se publicaron en el Diario Montañés sobre la famosa pelea y las posteriores declaraciones del nuestro director.
Realmente ¿sólo quería informar o buscaba algo más? Creo que, visto lo visto, está bastante claro que lo que el periodista quería es que se hablase del tema. Quería ponerse una medallita o igual pretendía conseguir el premio Pulitzer.
Creo que hay que quitarle importancia. La violencia no está justificada y no pretendo justificarla, pero lo que quieren estos niños y también el periodista es que se hable del tema, es decir, como se dice en el mundo sensacionalista, sacar “carnaza”. Si nos damos cuenta, el día de la publicación del segundo artículo la noticia más visitada y más comentada era la de las declaraciones del director.
Esto es solo un ejemplo de la manipulación que sufrimos. Actuamos tal y como ellos quieren. Somos una sociedad muy influenciable y, por lo visto, bastante predecible.

viernes, 7 de mayo de 2010

Fin de curso

Carlos Rodríguez Mayo
Este año he tenido el privilegio de poder trabajar a tiempo completo con alumnos de 2º de Bachillerato. Con cierta nostalgia, repaso las anécdotas del curso y pienso en que se acercan los exámenes finales. Para mis alumnos se termina un periodo importante de su vida. Quedan las notas, la selectividad, la siempre difícil decisión de elegir, casi, una profesión para el futuro... Yo siempre les digo que no piensen en el prestigio social de su trabajo, en si van a ganar poco o mucho dinero. No, el que así obra se equivoca. Les queda toda una vida por delante y tienen que empezar a aprovecharla ya, siendo valientes. Deben mirarse al espejo y sentirse capaces de hacer algo, algo en lo que se sientan seguros, especiales, aunque tengan que vencer alguna resistencia. Ellos han estudiado Filosofía, Literatura, Historia y Geografía, para poder preguntarse quienes son y para comenzar a encontrar las respuestas. Después la vida les llevará de aquí para allá, pero habrá tiempo de rectificar los errores. Yo espero que recuerden que vivieron estos años cruciales con nosotros, sus profesores, y que nos recuerden con alguna de nuestras virtudes y con nuestros muchos defectos. Es seguro que en ellos habremos dejado ideas y esquemas útiles, una óptica de la realidad y una forma de ser y de vivir, pero ellos también nos han dejado mucho, porque a su través vemos el mundo. Ellos, seguramente, nos recordarán y nosotros, los profesores, les olvidaremos, porque ya no está nuestra memoria para guardar rostros y nombres...
Siento la sensación reconfortante de que el tiempo ha pasado para bien. Es verdad que cada año son más vagos y que se queda sin tomar una gran parte de esa papilla que cada día preparamos, pero también es verdad que nos escuchan, que nos respetan, que nos saludan cada día con una sonrisa y que se rien de nuestros chistes malos... Por eso y por haber hecho fácil nuestro trabajo, tengo que darles las gracias.

jueves, 6 de mayo de 2010

El día de después

Carlos Rodríguez Mayo
Tras el follón que vivimos ayer, tras la indignación manifestada en los artículos publicados en el blog, hoy parece que llega la calma. El señor director lanza un comunicado pidiendo tranquilidad, en el que se muestra preocupado por la repercusión de los artículos y sugiere un cierto nivel de manipulación informativa, porque, señala, no ha habido entrevista, sino sólo una conversación telefónica informal.
¿Qué podemos decir al respecto? Muchas cosas.
La primera es que resulta evidente esa manipulación sensacionalista en el periodista del Diario Montañés, autor de los artículos, porque ha sido capaz de convertir una pelea de un chico contra otro (eso es lo único que acabó por suceder el pasado viernes) en un enfrentamiento de peligrosas bandas callejeras.
La segunda es que nuestro director ha sido el chivo expiatorio, el pagano de la cuestión, puesto que ha cargado con toda la ira que ha generado la información del periódico.
La tercera es que también ha habido una cierta manipulación en algunas interpretaciones sesgadas que, exagerando los contenidos del artículo, convertían las referencias particulares en insultos generales.
La cuarta es que la imagen de nuestro instituto ha quedado gravemente deteriorada por todo lo sucedido.
Ahora llega el momento de ver lo que hacen cada uno de los agentes y cómo se reparan los daños. Nosotros seguiremos como hasta ahora, publicando cualquier tipo de artículo, siempre que esté firmado. 

Útima hora

Marta Sarabia y Cristina Moscoso
Con respecto a la publicación de ayer 4 de Mayo, queremos manifestar que quizás no estábamos tratando el tema con el suficiente equilibrio, ya que hoy, nos hemos enterado de que la opinión de J. Barba ha podido ser manipulada por el autor del mismo, periodista del “Diario Montañés”.

Mi último año en el instituto

Vanesa Lahera Sebares
Este es el último curso, si todo va bien, que estoy en el instituto. Cuando empecé aquí, yo creía que no iba a pasar de 2º de la ESO, y que si pasaba, no llegaría a 1º de bachillerato, porque el instituto no era como el colegio. Pero una vez que llegue a 4º ESO, me planteé que, si había llegado bien hasta ese curso, por qué no iba a poder pasar a bachiller y, cuando terminara: ¿por qué no empezar la Universidad? En bachiller me ha ido bien, aunque este curso me esté resultando muy difícil, el más difícil de todos los que he vivido.
Aunque haya gente que no crea estar en condiciones de estudiar bachiller, porque en la ESO le hayan ido las cosas regular, si han llegado hasta 4º de la ESO, yo les recomiendo que sigan hasta terminar bachiller, porque esto les permitirá afianzarse como personas y si, cuando terminen bachiller, deciden hacer la prueba de selectividad, aunque no vayan a ir a la universidad en los años siguientes, si en un futuro quieren o les apetece hacer un carrera universitaria, podrán hacerlo, ya que la nota que saques en la selectividad es de validez indeterminada. En todo caso, lo que uno debe de tener claro es que hay que tener una motivación por el estudio, no comportarse como aquellos que hacen el bachiller por el viaje (hasta el año pasado el viaje se hacía en bachiller, aunque este año se ha empezado ha hacer en 4º de la ESO).
Para finalizar, yo recomendaría a todos las personas que no tienen claro su futuro, que hagan bachiller y que, cuando lo terminen, hagan el examen de selectividad.

Porque no todos miramos por el mismo cristal

Javier Bilbao
A estas alturas no creo errar al decir que todos conocemos el suceso acaecido este viernes.
No parece necesario comentar nada sobre tan lamentable y bochornoso acontecimiento. Esperemos que no se repita. Sin embargo, me asombra la actitud tomada por algunos. Resulta decepcionante la crítica al director del I.E.S. Ría del Carmen y a su intervención en el artículo de El Diario Montañés de este martes.
Javier Barba, como director del instituto, tiene experiencia y una buena visión, un corte transversal, de lo que sucede entre los adolescentes del valle.
Tacho por ello de oportunistas las críticas al Sr. Barba dado que, al margen de su forma de ser, sus cualidades o defectos y las pasiones u odios que desate, tan solo ha expresado su punto de vista, bastante objetivo.
Exageradas han sido sin duda las interpretaciones de este artículo. Tras leerlo en múltiples ocasiones, no me he sentido aludido en ningún momento por el Sr. Barba. Queda claro, al menos para mí, que sus declaraciones están tan sólo dedicadas a un núcleo minoritario del alumnado.
Antes de terminar, me gustaría dejar constancia de mi indignación: ante semejante barbarie lo único o lo más comentado son las declaraciones del Sr. Barba. Hipócritas.

Sacando las cosas de quicio

Sandra Hoyal y Lucía González
Desde hace unos pocos días, el valle de Camargo está en boca de todos. Esto se debe a dos artículos recientes, publicados en el Diario Montañés. En el primero de ellos, se narraba una trifulca, “pelea de bandas organizadas” ocurrida fuera del horario y del recinto escolar. En el otro, leemos unas declaraciones de nuestro director, Don Javier Barba Regidor, en donde habla de los acontecimientos, mencionados en el artículo anterior, vinculándolos a la dinámica de nuestro instituto e incluyendo unas declaraciones de dudosa veracidad.
Creemos que hablamos en nombre de la mayoría, si decimos que estamos totalmente en desacuerdo con la declaraciones del Señor Barba, en las que se sugiere que la mayoría de los jóvenes del centro somos unos yonkis y no apreciamos nuestras vidas. Nosotras, como alumnas de este centro, no podemos quedarnos de brazos cruzados, y creemos que generalizar de esa manera es sacar las cosas de quicio. Los jóvenes de hoy en día tampoco se diferencian en mucho de los de las generaciones anteriores. Son exageradas las palabras publicadas en ambos artículos y con poco fundamento. Lo peor es que la gente ajena a este centro se va a encontrar influenciada por las palabras de un director descontrolado y por el sensacionalismo de un periodista que ha sido capaz de convertir una pelea de dos niños de 14-15 años en una batalla campal.
Seamos serios, el nuestro es un instituto normal, en el que suceden las cosas normales que suceden en la mayor parte de los institutos, ¿cómo se puede comparar la grave agresión a un profesor, en Cabezón, con los insultos, que dice padecer nuestro director? ¿Acaso a los 14 años todos los niños son drogadictos? Nunca nos hemos sentido tan avergonzados de nuestro centro como lo estamos ahora, tras haber leído estos artículos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tirando piedras al nuestro (tejado)

Marisa Navarro
La intervención desafortunada de Javier Barba en el Diario Montañés para hacer consideraciones acerca de la violencia escolar no debiera repetirse. Consideraremos que ha sido un simple “calentón” sin la reflexión adecuada; si no ha sido así nos deja a los docentes de este centro en pésimo lugar. No merece un minuto más de mi tiempo entrar en otras consideraciones, son demasiado obvias para los lectores de esta revista digital.
Llevo en este municipio muchos años, he dado clase a muchos de vuestros padres y no estoy nada de acuerdo con el panorama de violencia juvenil que Javier Barba ve en este municipio. Es el principal motivo de que no cambie de centro de trabajo.
No puedo defender que la pelea sea la forma correcta de resolver los conflictos, (los antiguos colaboradores de Ecoconsume saben bien lo que pienso y los intentos fallidos de afrontarlos de forma diferente a cómo se suele hacer aquí), pero peleas hemos vivido todos a lo largo de nuestra vida que han quedado grabadas en nuestra retina… porque no había móviles…
En cuanto a lo demás que cita, callejón, drogas... desde la tutorías se trabaja la prevención y el papel de vigilancia del exterior compete a otro tipo de funcionarios. En mis muchos años de actividad profesional nunca me he sentido perseguida por la ira de ningún exalumno en la calle y supongo que a muchos no les ha gustado mi forma de hacer las cosas. Creo que les ocurre lo mismo a prácticamente todos mis compañeros actuales y del pasado. 
La televisión no ayuda nada, pero tampoco este tipo de comentarios por parte del director de un centro educativo y menos aún el periodismo de sensación que viene realizando el señor Sellers desde el fin de semana pasado, espero que no siga por ahí. ¿Por qué no ha preguntado por el tema a los otros dos directores de institutos y a los de centros privados de la zona cuyos alumnos también presenciaron esa “movida”?

No toqueis mi burbuja

Juan Torres Iturrioz
Día 1:
Suena el timbre y mi madre me espera con un bocadillo de mortadela a la salida del colegio. El día ha pasado sin pena ni gloria. Algún grito de la profesora de Inglés, varios goles en el recreo y pitidos insufribles de flauta en clase de música.
La tarde también transcurre con normalidad, la vida de un chico de sexto de primaria no llama la atención por original ni por extravagante; suele sucederse la misma rutina día tras día: merienda, tareas, kárate, y ya en casa, a cenar y a la cama.
Pero mañana no será igual. Estamos a finales de Abril y nos llevan al instituto, un lugar misterioso y desconocido del que algunos ya conocen cosas gracias a sus hermanos, que ya en edad de progresar marcharon hacia ese edificio marcado por las leyendas.
Mi vecina tiene la misma edad que yo, pero aparenta, por lo menos dos años mas. No es solo porque ha comenzado su madurez física, que yo no viviré en mis propias carnes hasta bien entrado el instituto, sino porque conoce los secretos del siniestro lugar. Tiene una hermana de 17 años que ha pasado los cinco últimos en el edificio que dentro de poco será mi segundo hogar. Son muchas las historias que ha llevado a casa cada día a la hora de comer, y los últimos partes que ha dado en el almuerzo de la vida en el instituto no son nada alentadores  para los niños que, ilusionados, piensan dirigirse a la tierra prometida.
Mi vecina, a fuerza de escuchar todos los acontecimientos del colegio de mayores está ya curada de espanto. Es ella por tanto la compañera perfecta para acompañarme en la visita.
Día  2:
Me pongo mi mejor chandal, mi madre me revisa la lazada de las zapatillas de deporte y, cuando el bus cierra la puerta, mi querida mamá aporrea los cristales recordándome que me porte bien. En la última salida mi comportamiento no fue el más adecuado.
Acomodado en mi sitio, con los pies colgando, espero ansioso a que mi compañera comience a relatarme el futuro que nos espera en aquel lugar de fachada atrayente.
"Mi hermana es un poco sosa, siempre que cuenta algo lo hace con desgana y no le da emoción, pero lo que ocurre en ese sitio es extraordinario. Hay profesores que cambian de color cuando se enfadan y encolerizados lanzan a los alumnos que encuentran a su paso de una punta a la otra del pasillo. Los pupilos de estos extraños profes tampoco son muy normales. Forman grupos de 40 personas, agrupados normalmente por colores, para dar paseos románticos una vez acaban las clases, pero se acaban enfadando y se pelean bajo sobrenombres de poca originalidad y dudoso gusto. También comenta que, mas allá de los dominios del instituto, es importante conocer algunos lugares. Un camino cobra mucha importancia a pocos metros de la salida del centro. Es un pasillo donde todos se hacen regalos, para que luego digan que hemos perdido en valores, y huele a césped recién cortado todos los días, hierba fresca y reluciente, pero hierba de otros lugares como Pakistán, Colombia o Marruecos ( curioso). Espero que cuanto cuenta, sea verdad, ese lugar debe ser algo especial".
Bastaron sus palabras para que me planteara, al menos por un tiempo, dejar los estudios e ir a vivir con mi abuelo, a quien ayudaría en la huerta y en el taller a cambio de que me proporcionara una cama, 3 comidas diarias y 2 horas de mis series favoritas al día. No estaba preparado para el panorama que me aguardaba.

¿Qué nos queda?

Marta Sarabia y Cristina Moscoso
Es lamentable lo que ayer, día 4 de mayo, leímos en el “Diario Montañés”. Por si alguno no ha tenido la oportunidad de leer lo que nuestro director ha afirmado sobre nosotros desde aquí puede acceder:
Con este pequeño articulo queremos mostrar nuestra indignación con lo que dice. Nos tacha de delincuentes, de drogadictos y, además, de jóvenes irresponsables que no valoramos nuestra vida. Desde luego está totalmente equivocado.
En primer lugar, al respecto de la base del articulo, que son “los enfrentamientos entre bandas”, tenemos que decir que, a nosotros, los alumnos del instituto “Ría del Carmen”, el asunto no nos concierne y mucho menos a su director, ya que el conflicto no sucedió ni en el horario lectivo, ni en el recinto escolar. Por otro lado, la generalización que establece es excesiva, ya que sin conocer a todos sus alumnos nos mete en el mismo saco.
La polémica, desatada por el articulo de ayer, provocó muchos comentarios en el “Diario Montañés” y, para nuestro asombro, a las 18:00 habían desaparecido. ¿Dónde queda nuestra libertad de expresión? ¿Qué ha sido de ella? Sinceramente ya no sólo nos tachan de lo que no somos, sino que, además, no podemos ni opinar públicamente sobre algo con lo que no estamos de acuerdo y que nos afecta.

Afán de protagonismo

Kevin Holanda Soberón
En los últimos días se han sucedido diversos acontecimientos en el Valle de Camargo. No sé qué es mas triste, si un puñado de críos que buscan "cinco minutos de gloria" o un director que busca la "gloria eterna". Tras el artículo publicado en el Diario Montañés el dia 4 de Mayo, en el que salía nuestro director hablando, creo oportuno criticar la falta de coherencia de sus palabras.
Indirectamente, nos ha llamado drogadictos a todos los alumnos del centro mayores de 14 años ya que, según él, nos han regalado al menos 3 dosis. Todo eso ha sucedido en el lugar que él señala: El famoso callejón.
Quiero aclarar a los lectores que yo también he tenido 14 años y que nunca, nunca, me han ofrecido droga. Para hablar de un tema hay que estar informado. En mi opinión el Señor Barba no sabe ni dónde está pinado.
Respecto a que no pueda pasar por ciertas calles del municipio, Señor Barba, quisiera decirle que cada uno recoge lo que siembra, y que si usted habla de mala manera a los alumnos, no puede pretender que los alumnos le alaben. Por último quiero decirle, Señor Barba, que deje el tema en manos de las autoridades competentes y que se preocupe de los problemas de su centro, que son bastantes.

¿Son partidarios los alumnos bilingües de que la Geografía e Historia se imparta en inglés?

Carlos Rodríguez Mayo
No. De acuerdo con la encuesta citada, el nivel de satisfacción en cuanto al aprendizaje de la Geografía e Historia en la enseñanza bilingüe es muy bajo. En efecto, de los veintiuno alumnos encuestados, sólo están muy satisfechos dos y cinco dicen estar satisfechos (los siete suponen el 33% del total). Dominan, por lo tanto, los insatisfechos (10) que, sumados a los muy insatisfechos (4), agrupan a los 2/3 restantes.
Es por esta razón, que 18 alumnos de los veintiuno consideran que la Geografía e Historia no debería ser impartida en idioma extranjero. Creen que es la asignatura más perjudicada por la enseñanza bilingüe, dado que es citada 16 veces, frente a las Matemáticas (6 veces) y la Tecnología y la Ética (4 veces cada una) en su respuesta a la pregunta: ¿cuáles son las asignaturas más perjudicadas por el bilingüismo? Además, en la pregunta inversa, es decir: ¿cuáles son las asignaturas más favorecidas por el bilingüismo? La Geografía e Historia sólo fue citada tres veces, frente a las siete ocasiones en que fueron citadas la Música y las Matemáticas, que se consideran, bajo el punto de vista de los alumnos, como las más favorecidas.

martes, 4 de mayo de 2010

¿Están satisfechos los alumnos con su enseñanza bilingüe?

Carlos Rodríguez Mayo
De acuerdo con una encuesta anónima, realizada el pasado mes de abril, a 21 alumnos que han cursado enseñanza bilingüe y que están actualmente en 4º de la ESO (dos grupos) y 1º de Bachillerato (un grupo), el nivel de satisfacción en cuanto al aprendizaje de los idiomas extranjeros es muy elevado. En efecto, 12 dicen estar satisfechos y el resto (9) están muy satisfechos. Por lo tanto, entre ellos no hay ningún insatisfecho. Además, veinte de los veintiuno valora el que sus grupos estén formados por alumnos más competentes, y diecinueve de los veintiuno cree que sus grupos tienen mejor comportamiento.

Viajes de regalo

Carlos Rodríguez Mayo
Me cuentan que algunos alumnos que han disfrutado del intercambio en Irlanda y Holanda se han movilizado para pedir que el Instituto se haga cargo del incremento en el precio del viaje, producido por la imposibilidad de utilizar el vuelo contratado, a causa de la erupción del volcán islandés. El argumento es el de que no se avisó a las familias y que no fueron ellas las que tomaron la decisión. Se me ocurren algunas preguntas al respecto:
-¿Por qué la comunicación era necesaria? ¿Acaso alguien piensa que había elección real? Imagínense que se consulta y que uno de los padres o tutores dice lo que ahora están diciendo algunos, es decir, “NO, yo no pago el pasaje de vuelta”. ¿Habría que haber dejado a ese alumno en Irlanda o en Holanda? ¿Sólo o con algún profesor? ¿Cuánto tiempo? ¿Quién habría cubierto su alojamiento y manutención? ¿Quién habría desempeñado sus obligaciones en España, mientras tanto? ¿No estaba claro que había que asumir el mejor y más rápido viaje de vuelta posible en aquellas condiciones? Creo que estos asuntos no se resuelven democráticamente, que estos asuntos los resuelve una autoridad, el profesor encargado de la organización por el centro, que luego comunica su decisión, más o menos acertada, y por lo tanto susceptible de ser criticada. Ahora bien, la crítica legítima se hace con argumentos (que desconozco), no con la negativa a pagar ese pasaje que cada uno de los turistas del intercambio ha disfrutado individualmente sin haber tenido que ir a gestionarlo o a pagarlo, porque alguien lo ha pensado y ha decidido en nombre de todos y por el bien de todos.
Yo digo: “De bien nacidos es ser agradecidos” y que “cada palo aguante su vela”.

¡¡FUEGO!!

Valvanuz Fuentes Diego
- ¡¡FUEGO!! Ja, ja, ja, tio, ¡hoy nos perdemos las mates!
Eso es lo que se escucha cuando suena la campana de los simulacros de incendios. Los niños gritan buscando a su amigo del alma, y cuando le encuentran, adelantan al resto de los alumnos, que intenta bajar la escalera. Ellos corren alegres, contentos de perder clase, pero no se dan cuenta de que actuar así es un error. Saben que cuando suena la alarma de incendios hay que bajar, pegados a la pared, dejando el lado de la barandilla libre, por si alguien tuviese que subir corriendo; saben que no se puede correr y menos aún apartando al resto a empujones, pero lo hacen. Y lo hacen porque para ellos es un juego, una forma de perder clase a lo tonto.
No quiero pensar en el día que tengamos un incendio de verdad lo que podría ocurrir: Niños saliendo amontonados por los pasillos; profesores que salen los primeros en lugar de los últimos y que pueden dejar a algún niño en clase. Olvidos, tal vez, como dejar abiertas las ventanas de clase o de los baños, con lo que das al fuego el oxígeno que necesita para extenderse. Luego llegarían las lamentaciones.
Esto es una llamada de atención a todos aquellos que no respetan las normas de seguridad. Por favor, y por la seguridad de todos, hacer las cosas bien en 5 minutos puede salvar vidas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Retenciones aéreas:

Lucía González Márquez 
Alumnos del IES Ría del Carmen, de 3º de la ESO y de 1º de bachillerato, tras haber disfrutado de un intercambio en Holanda e Irlanda, fueron retenidos varios días más a causa de la nube de ceniza del volcán islandés.
Los que se encontraban en Holanda, Bergen op Zoom, tenían que haber cogido el vuelo del sábado día 18, cosa que resultó imposible, así que se decidió hacer este viaje en autobús. Se expusieron a un viaje muy pesado que duró dos días. Así y todo, varios alumnos aseguran que las paradas fueron muy abundantes y que así, el viaje se les hizo algo mas ameno. Pasaron la noche en Francia y al día siguiente continuaron el viaje hasta llegar a Cantabria, donde todos los padres esperaban ansiosos la llegada de sus hijos.
Los alumnos que estaban de intercambio con estudiantes Irlandeses tuvieron el mismo problema con el vuelo. A estos se les hizo más difícil que a los de Holanda la vuelta, ya que tuvieron que coger un ferry y al llegar a tierra emprender el viaje en bus. Este viaje duró desde el martes hasta el jueves. En el periódico, aparecía que el precio de estos viajes era de unos 5000 euros, pero la realidad era otra.
Ambos grupos permanecieron en sus respectivos lugares de intercambio con dos profesores del centro, cada uno. De ello resultó el problema derivado de que muchos alumnos de otros cursos se pasaran una semana y media sin clase, algunos con el examen de selectividad en puertas.
Además, ha surgido el grave problema de la financiación del medio de transporte utilizado para el retorno. Y es que si el instituto no se hace cargo de los gastos de los viajes, lo tendrán que abonar las familias. Los alumnos, tras una reunión informativa, celebrada el día 28, después de casi una semana, se han enterado de que el instituto no estaba por la labor de hacerse cargo de los costes. Todavía no se sabe cómo terminarán las cosas, pero los padres y los alumnos se quejan porque opinan que deberían haber sido reunidos antes del regreso del intercambio.