miércoles, 6 de junio de 2012

Recetas de izquierda para la política del PP

Carlos Rodríguez Mayo
La política del PP en lo relativo a la educación se va mostrando poco a poco. Pasadas las elecciones generales, su prioridad general son los recortes, porque hay que reducir el gasto. En el camino, sin embargo, se mantiene o incrementa el nivel de subvenciones a la enseñanza privada, y se dejan en suspenso las políticas destinadas a afrontar, resolver o solucionar los problemas generados por las políticas socialistas. Entre ellos hubo uno que consiguió una rara unanimidad entre profesores y padres: el de la irracionalidad de los exámenes extraordinarios de la ESO en el mes de junio, que las autonomías socialistas impusieron para evitar la lógica de su realización en el mes de septiembre. De este modo se aceptaba que en un sistema de evaluación continua se aprobase en sólo una semana a quienes se había suspendido durante nueve meses, sin darles tiempo suficiente para reformarse y cambiar. De este modo se producía una semana loca entre la evaluación ordinaria y la extraordinaria en la que los aprobados tenían obligación legal de asistir a clase, pero carecían ya de su derecho a la evaluación continua porque ya no se podían modificar sus resultados. Pues bien, esta irracionalidad se sigue manteniendo un año más, como tantos y tantos problemas marginados por la ceguera interesada del partido que gobierna, concentrado en recortar sin cambiar nada, como si lo heredado fuera un dechado de virtudes. Mientras el PP recorta, todos los inventos del anterior gobierno se mantienen, como sucede con el bilingüismo y con los apoyos en Lengua, Matemáticas e Inglés que producen condiciones de trabajo diferentes entre los profesores y que discriminan a los grupos de alumnos entre sí. Mientras el PP recorta, nadie plantea la necesidad de un sistema disciplinario más ágil y efectivo, ni que desaparezcan las múltiples Marías que proliferan a costa de las asignaturas tradicionales, nadie levanta la voz para que se restrinjan las excursiones de contenido turístico o para que la historia de España en 2º de Bachillerato recupere la hora semanal que se mantiene en las autonomías que no gobernó el PSOE. De modo que, mientras se sigue el camino de las políticas heredadas, se profundizan los defectos del sistema, sin que nadie ponga el dedo en la yaga, sin que se haga una evaluación seria y con argumentos de peso de lo que sucede en las aulas. 
En la salsa cocinada por el PSOE se cocinó la degradación de nuestra enseñanza pública. Por entonces casi nadie dijo nada de los platos que se estaban rompiendo, salvo el informe Pisa. Sin embargo, a pesar de que Europa ya nos dijo que aquí hay algo que no funciona bien, el PP no siente la menor vergüenza en seguir aplicando las mismas recetas del PSOE con lo que se sigue profundizando el fracaso de nuestra enseñanza pública y se demuestra una falta de convicción y de interés real en el gobierno de cambiar para mejor.

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