jueves, 24 de octubre de 2013

Triunfó la huelga, como siempre.

Carlos Rodríguez Mayo
Hoy estaba cantado que el instituto estaría más vacío, porque las huelgas del Sindicato de Estudiantes suelen provocar una contaminación de la inasistencia de los alumnos, y en efecto es eso lo que ha sucedido. Por ejemplo, si el martes vinieron a mi clase todos los alumnos de 2º de bachillerato menos dos, hoy jueves ya sólo han venido dos de ellos. Por el contrario, cumpliendo con la teoría, los cursos que no vinieron el martes y el miércoles (como mi primero de bachº), siguieron hoy de vacaciones. Además, como era de esperar, los profesores se han dividido entre los que apoyaban la huelga y los que hemos venido a clase. En resumen, una historia que resulta conocida. Una canción que se canta en los medios de comunicación año tras año, que interpretan con tono monocorde los líderes sindicales y que acompañan profesores y alumnos en manifestaciones más o menos ruidosas que duran quince segundos en los telediarios.
Todo eso ya pasó, sin pena ni gloria. Es una vieja y triste historia que parece venir bien a todos, salvo a los que pagan con el descuento de su salario... Bien, no seré yo quien defienda a un ministerio que reduce la paga a los profesores que están bajo su directa responsabilidad, mientras se gasta los jayeres en subvencionar a la enseñanza concertada, pero tampoco me pondré del lado de los que con su gasto descontrolado nos han llevado hasta aquí. Ambas partes deberían obligarse a un acuerdo en lo básico por el bien del país. Sin embargo parece que lo que sucede es todo lo contrario. Vivimos en una época sin diálogo. Después de la transición, todos los pactos políticos se han ido rompiendo. Se habla incluso de cambiar la constitución... Esto no es bueno. Porque la estabilidad es un bien irrenunciable, una ley educativa nunca debería ser impuesta. El consenso no es difícil si se persigue con honestidad e interés. Después de todo, la nueva ley de Wert no se diferencia en mucho de la de Gabilondo. Sin consenso las leyes pierden perstigio y sin ley no hay democracia. 

1 comentario:

  1. Siempre igual, esto va ser siempre igual , la mayor parte , la culpa es de los padres. Saludos de Alex

    ResponderEliminar