martes, 27 de septiembre de 2011

De lo que dijo Esperanza Aguirre (II)

Carlos Rodríguez Mayo
La semana pasada me decía Gloria, la profesora de Matemáticas y también apoyo eficaz y necesario para Freire de la tramoya de su teatro, que: "Si llega tu partido al poder, cambiarán las cosas". La idea de Gloria era sacarme los colores y tiznarme con los del Partido Popular, con quien, al parecer, coincido en demasía. Esto me ha llevado a reflexionar acerca del rumbo de mi ideología. Y estas son mis conclusiones.
Es probable que en algunos puntos coincida más con los populares que con los socialistas, pero también es cierto que mis críticas a los populares demuestran que no soy un sectario como la mayor parte de los que defienden por sistema una sola trinchera y se callan siempre las críticas hacia los que sospechan que están de  su lado. Como ejemplo de ello podría mostrar el artículo dedicado a Esperanza Aguirre o los múltiples relativos al bilingüismo. Se filtraba, sin embargo, en el artículo de Esperanza Aguirre, una idea de rigor presupuestario que, aunque aceptada por Zapatero, está siendo obviada por el candidato Rubalcaba, lo que me ponía más hacia el lado del PP que hacia el del PSOE. Pues bien, me mantengo en lo dicho. Creo que en educación también ha habido derroche, y que aquí también es posible ahorrar, pero se me olvidaba (y tengo que pedir disculpas por ello) una esfera de ahorro importante, que ha permanecido, aquí y en los medios, al margen del debate: La enseñanza privada subvencionada o enseñanza concertada.
En efecto, durante años el gobierno del PSOE ha repartido subvenciones a manos llenas con lo que se ha garantizado el apoyo de la patronal de la enseñanza. La patronal, por ejemplo, votó en el Consejo Escolar de Cantabria junto a la Consejera del PSOE y junto a Comisiones Obreras a favor del curriculum del bachillerato actual, lo que redujo el horario de la Historia de España de 2º de bachillerato. Para pagar estos y otros servicios se han mantenido las subvenciones a la enseñanza privada y ha aumentado el número de los liberados sindicales, de manera que, cuando lleguen los recortes, es de justicia que se empiece por ahí. Tenemos una enseñanza pública que es capaz de aumentar su oferta sin necesidad de aumentar mucho el gasto y una enseñanza privada que puede cobrar libremente por sus servicios. Que lo haga. El liberalismo de Esperanza Aguirre y la voluntad de ahorro del PSOE tienen aquí su prueba del nueve. Ahorrar reduciendo o anulando subvenciones. Más mercado.

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