En el último Consejo Escolar, la dirección propuso transformar los baños del tercer piso del ala que se encuentra sobre la sala de profesores y la biblioteca en pequeñas aulas de menos de 10 alumnos. Según la dirección, ningún obstáculo legal o arquitectónico se opone a ello y ese tipo de aulas resulta, al parecer, muy necesario.
Como representante en el Consejo de los profesores, pido opinión a mis compañeros, a los alumnos y a los padres, y ofrezco las siguientes líneas de reflexión:
Las supuesta necesidad de aulas pequeñas entra en contradicción con la realización estrella del curso pasado: El salón de actos, que podría haberse sustituído por 4 aulas de tamaño medio o 6 aulas pequeñas, en torno a un pasillo central, en el caso de que las necesidades hubieran sido sensibles, entonces.
La creciente necesidad de aulas pequeñas se relaciona con una política de gasto que se concentra en la disgregación de los grupos de la ESO, mientras se sacrifica al bachillerato, que tiene que soportar una carga que supera el límite legal de 35 alumnos por clase.
Durante mucho tiempo he defendido las señas de identidad del origen de este centro como Centro de Bachillerato de Camargo y he criticado nuestro escaso interés por publicitarlas y conservarlas. En mi opinión, este curso debería haber tres grupos y no dos en 1º de bachillerato y el año que viene debería suceder lo mismo en 2º de bachillerato. De ello resultarían necesidades de aulas de tamaño medio, de 10 a 20 alumnos.
Yo no quiero que los posibles errores cometidos (ese monstruo infrautilizado, que es el salón de actos) y los que todavía podamos cometer en el tercer piso redunden en la imposibilidad de que nuestro bachillerato crezca en número de grupos, como corresponde a su crecimiento en número de alumnos. Téngase ésto en cuenta, por favor.
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