jueves, 18 de noviembre de 2010

Democracia

Carlos Rodríguez Mayo
Me presento a las elecciones del Consejo Escolar. Algunos compañeros me felicitan por ello. Hace falta, me dicen, gente que se presente, yo te votaré... Y yo se lo agradezco, aunque a veces desconfío. Y es que yo no sé si cuando hablamos de democracia estamos hablando de lo mismo...Verán, intentaré hacerme entender...
Según algunos de mis compañeros, democracia es un sistema político en el que unos, los políticos, sólo buscan el voto que les lleve o les mantenga en el poder. Para ellos, el pueblo es un ente aparte, aislado, y los políticos son sólo seres interesados que trabajan sibilinamente por su partido (los mejores) o por el engrosamiento de sus cuentas corrientes (los corruptos). En este contexto, creo, no merece la pena ser votado, porque un voto que no milita con la idea que el votado representa no es un voto totalmente democrático, del mismo modo que una democracia de apolíticos no es una verdadera democracia.
Entonces, me dirán, ¿por qué te presentas al Consejo? Pues porque pienso que democracia es algo más. Democracia es un ideal de libertad, es poder decir lo que uno piensa, discutir con quien tiene otros planteamientos y llegar a acuerdos asumibles para todos; es permitir que la gente se exprese a través del voto, pero también a través de la voz o la pluma de cada cual. Democracia es poder del pueblo y es responsabilidad, lo que incluye el compromiso de participar, de decir al otro que uno no piensa lo mismo y por qué no está de acuerdo, y el compromiso de informarse de los problemas (y no sólo en los medios que nos calientan el oído) y de contribuir a solucionarlos, apoyando o combatiendo los distintos estados de opinión. Democracia es también ética, es elegir la vida antes que el dinero, la verdad antes que el interés.
En una democracia, la autoridad sabe que su poder procede del pueblo y mantiene con sus representados un cordón umbilical que nunca corta. La autoridad sólo prohibe lo indispensable, porque sabe que no debe limitar en exceso el bien supremo de la libertad. Los que mandan exponen sus ideas en los distintos órganos democráticos y, si sus opiniones no son compartidas por sus representados, dimiten, porque saben que no tienen otra opción, porque se deben al pueblo y a la ley que de él procede. En democracia, la autoridad  aplica siempre la ley, esa ley que es el resumen de la decencia de una comunidad y que ha de ser igual para todos los ciudadanos, sean gitanos o payos, sean hombres o mujeres. En democracia, las autoridades saben que su único privilegio es el de tener el voto y el respeto de los que les eligen para que se siga prestando el servicio necesario del poder. El poder de todos (y no sólo de un partido): la democracia...

3 comentarios:

  1. Sr. Carlos, le recomiendo que desconfíe de los que le prometen su voto, porque a Romanones también se lo prometieron cuando lo pidió para ingresar en la Academia de la Lengua y, al final, sólo se votó él mismo. De ahí viene la famosa frase de "¡Joder, qué tropa!"

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  2. Para mí, democracia es un forma de gobierno en que la gente de un país con derecho de voto elige libremente a sus representantes políticos para que éstos, como delegados, decidan sobre los asuntos de los ciudadanos. Los poderes, separados; los derechos y deberes de las personas, recogidos en una Constitución; los individuos, con libertades y derechos reconocidos y garantizados; el Estado vigila que lo recogido en la Constitución y demás leyes se cumplan; el agua, clara, y el chocolate, espeso.

    Así veo yo la democracia moderna. Lo demás son puras teorizaciones tendentes al idealismo y la utopía, porque a la hora de la verdad, por ejemplo, en España, la democracia se reduce a una mera alternancia de chorizos que forman gobierno (curiosamente, todos dejan sus cargos siendo ricos y con su futuro blindado). Los valores de la democracia que manejan los que trabajan en ella son los de la hipocresía y la demagogía.

    Hablo, sobre todo, a nivel estatal. ¿Y quién va a cambiar esto? ¿Cómo?

    ¡Esto no lo arregla ni La Schiffer en pelotas!

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  3. Bogomilo, para arreglar el asunto no sólo hay que denunciar la demagogia y la hipocresía. También hay que insuflar idealismo y utopía. No olvides que la democracia es de todos y que la ley está de nuestro lado.

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