viernes, 28 de enero de 2011

Diálogo de besugos

Carlos Rodríguez Mayo
Digo lo que pienso y, si me preguntan, lo repito allí donde voy. Sin embargo, parece que mi opinión acerca de las relaciones entre el bilingüismo y la evaluación negativa de nuestro centro en Matemáticas, Lengua e Inglés no ha sido bien entendida por la dirección del centro que ha calificado mi opinión de interesada y que me ha contestado repetidamente (Comisión Pedagógica, Claustro y Consejo Escolar) con argumentos que contradicen afirmaciones que yo no he hecho, lo que ha convertido nuestro debate en un auténtico diálogo de besugos. Para evitarlo, voy a repasar mis argumentos y explicar claramente el estado de la cuestión. 
1º - ¿Cuál es mi tesis?- Mi tesis es que, lo mismo que la mayor parte de los españoles que no hablamos inglés de forma fluida nos enteramos mejor de lo que se dice, si vemos una película doblada que si la vemos en versión original y sin subtítulos, los alumnos bilingües de nuestro centro aprenderían más Matemáticas o más Geografía, si éstas se impartieran en castellano que si se impartiesen en inglés.
2º- ¿Qué se me contesta cuando yo afirmo lo anterior? Que los alumnos bilingües sacan mejores notas que los no bilingües y que, por lo tanto, la enseñanza bilingüe es mejor.
3º - ¿Es cierto eso? Sí, en su primera parte, pero no en su conclusión. En efecto, los alumnos bilingües son en general más competentes; lo eran antes de ser bilingües y lo siguen siendo después. La diferencia está en que la mayor parte de los alumnos más competentes (alumnos de notable y sobresaliente, para entendernos) está en los grupos bilingües, y la mayor parte de los alumnos con competencia baja o con actitud muy negativa (alumnos con niveles muy alejados del aprobado, para entendernos) están en los grupos no bilingües, por efecto de su propia elección. Ahora bien, eso no significa que sea mejor la enseñanza bilingüe ni que con esa afirmación se haya contradicho mi tesis.
4º - ¿Podemos ponernos de acuerdo? Claro que sí. Es perfectamente posible, porque no decimos cosas opuestas. Bastaría con aceptar que lo que yo digo es cierto o argumentar contra mi tesis de forma convincente.
5º – ¿Mi tesis es contraria al bilingüísmo? No. Sólo explica que al dar las clases en inglés, se aprende menos de todo lo demás, (y en especial menos Geografía e Historia, como consecuencia del mayor volumen y variedad de la información que se transmite y del uso más intensivo del lenguaje hablado en esta asignatura). Por eso, los alumnos que han vivido la experiencia bilingüe coinciden con esta perspectiva (19 de 21 alumnos encuestados el año pasado estiman que la Historia debería de salir del programa bilingüe).
6º - ¿Conocen estas cuestiones la Dirección del centro y la Consejería de Educación de Cantabria? Perfectamente. Sin embargo, la Dirección del centro y la Consejería se han aplicado en una política de implicación de La Geografía y de la Historia en el bilingüismo, lo que manifiesta un desprecio por la calidad del aprendizaje de la Geografía y la Historia, que sigue siendo la pagana de la mayor parte de los cambios educativos de los últimos años.
7º - ¿Qué opinan los otros departamentos al respecto? No lo sé, porque no lo han expresado, pero ha de tenerse en cuenta en la valoración de sus posiciones, posiblemente diversas, la influencia de la política educativa, que favorece al bilingüismo permitiendo que los profesores de todas las asignaturas bilingües disfruten de los alumnos con mejor comportamiento y capacidad y de una sensible reducción de dos horas a la semana de clase.
8º- ¿Qué problemas genera nuestro mal modelo bilingüe? El de la discriminación entre alumnos, profesores y asignaturas bilingües y no bilingües.
9º- ¿Qué vias de solución se me ocurren? La mejor sería la de la creación de centros bilingües con exámenes de entrada en inglés para los alumnos y con un cuerpo de profesorado funcionario bilingüe (no funcionarios acreditados en función de las necesidades de los institutos, lo cual facilita las trampas). La solución menos buena incluiría, primero, la generalización de la enseñanza bilingüe para todos los alumnos en los centros bilingües, bien en el primer ciclo, bien en el segundo ciclo de la ESO, difundiría, en segundo lugar, entre todo el profesorado la reducción semanal de dos horas o bien provocaría su desaparición, y se ocuparía, en tercer lugar, de compensar a las asignaturas impartidas en inglés con una ampliación en su horario. Así desaparecerían las discriminaciones señaladas.
Para terminar, una pequeña e hiriente reflexión: No es de recibo que los directores, profesores, alumnos y padres que han disfrutado o disfrutan del actual sistema discriminatorio trasladen a los departamentos y profesores agraviados un calificativo que sólo les corresponde a ellos: El calificativo de “Interesados”. Nosotros sólo pretendemos decir la verdad que ellos, interesadamente, callan. Ya lo dijo el antiguo refrán: “Cree el ladrón que todos son de su condición”.

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