martes, 11 de enero de 2011

Evaluación externa

Carlos Rodríguez Mayo
La calidad de la enseñanza de cada instituto se mide con una evaluación externa. Desaparecidos los exámenes de ingreso (que se hacían en el paso de la Enseñanza Primaria a la Enseñanza Media) y las Pruebas de Bachillerato Elemental y Superior, sólo nos queda la Prueba de Selectividad en 2º de bachillerato. Esa es, desde hace más de treinta años, la única referencia del nivel de calidad de cada uno de los institutos de España.
Si atendemos a sus resultados, el nivel de calidad de nuestro instituto es bueno o muy bueno, porque lo normal ha sido aquí que la casi totalidad de los alumnos que presentamos tenga éxito, y que las notas medias de la mayor parte de nuestras asignaturas sean mejores que las de la mayor parte de los institutos, a pesar de que la extracción social de nuestros alumnos es la propia de un centro de la aureola suburbana de Santander, lo que suele incidir negativamente por la mayor abundancia de problemas sociales en esta zona geográfica.
En sentido contrario nos informan, sin embargo, los resultados de la Evaluación Externa, realizada a finales del curso pasado en 2º de la ESO en diversos institutos de Cantabria, para medir las competencias matemática, de lengua castellana e inglesa y de conocimiento del medio físico. Al parecer nuestro nivel está ligeramente por debajo de la media en todas las competencias, salvo en la última, lo que plantea la necesidad de interrogarse acerca del nivel de los centros de primaria que nos envían alumnos y acerca de nuestra labor en el primer ciclo. Otro interrogante necesario es el del funcionamiento del bilingüismo en estos niveles, que no ha sido capaz de compensar el posible desnivel heredado, después de dos cursos completos de utilizar costosos recursos (profesores bilingües, valorados con dos horas de reducción en su horario semanal, y que disfrutan, en general, de los alumnos más competentes).
Claro que, además, se puede hacer otra cosa. Se puede matar al mensajero. Decir que las pruebas no valen y que aquí no ha pasado nada. Veremos...

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