sábado, 22 de enero de 2011

El nuevo NOF

Carlos Rodríguez Mayo
Nos envía el Señor Director el borrador de un nuevo documento: el NOF, es decir, “Las Normas de Organización y Funcionamiento de los Centros”, unas nuevas siglas para un Reglamento de Régimen Interior ampliado. Yo no entiendo mucho de estas cosas, pero, en general, esto me parece tiempo y esfuerzo perdido, un pasatiempo pensado para que juguemos a los políticos y para dar algo que hacer al Equipo Directivo, a la Comisión Pedagógica y al Consejo Escolar.
En efecto, la profusión de cuerpos legislativos en nuestro país ha dejado delimitado el marco general de manera tan precisa que no queda más que aplicarlo en función de la variabilidad y complejidad de la realidad. Son estos cuerpos legislativos los que reciben el voto de los ciudadanos y los que aciertan o se equivocan con sus decisiones motivadas y debatidas punto por punto.
En un Instituto, no tenemos este mandato legal ni la formación jurídica requerida, de manera que no deberíamos circular por estos pagos. Sin embargo, como todos sabemos que nuestra función disciplinaria no cuenta en la práctica ni con suficiente apoyo social ni con suficiente respaldo legal, hay quien piensa que cambiando la calificación de una falta, de leve a grave, se podría conseguir que la sanción resulte más proporcionada a la falta cometida. Craso error. Lo mismo que el del método asambleario de discusión en el que a veces se aceptan formulaciones absolutamente contradictorias.
Por todo lo anterior, yo pienso que no deberíamos darle muchas vueltas al nuevo NOF. Es cierto, sí, que hay cuestiones que deberían debatirse y acordarse como son la de plantear estrategias tendentes a CORREGIR las malas conductas a través de la petición de excusas y de la reparación del daño causado, o como es la de la necesaria publicidad de las sanciones para que no parezca siempre que aquí no pasa nada. Pero una cosa es discutir y fijar prioridades y otra muy distinta escribir en papel mojado. Dejemos, pues, a las cosas estar y no nos calentemos con discusiones bizantinas sobre el número de retrasos que equivalen a una falta grave, sobre el sexo de los ángeles o, tal vez, sobre el derecho a fumar o a NOFumar.  

4 comentarios:

  1. Supongo que este es uno de esos temas peliagudos en que cada uno vuelve a tener una visión diferente de lo que es el reglamento de un centro educativo y de las sanciones para el que lo incumple.

    A mí, personalmene, lo de discutir el sexo de los ángeles siempre me ha parecido interesante, porque, claro, no es lo mismo que lo tengan cóncavo que convexo, y si ya a eso le añadimos lo del Imperio Bizantino, el asunto puede resultar hasta fascinate.

    ¡Un saludo, Don Carlos!

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  2. No me extraña su interés por el Imperio Bizantino, llamándose usted Dogomilo es natural... Ya lo sabe, "siamo veneciani e poi cristiani".

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  3. Encontré esto: "The Venetians became merchants from the moment that they were prepared to say to the Pope, `Primo siamo Veneziani e poi Cristiani´(`Los venecianos se convirtieron en mercaderes desde el momento en que estuvieron preparados para decirle a Papa: "Primo siamo Veneziani e poi Cristiani"´). Lo que sucede es que no sé si debo primero ser bizantino y luego Bogomilo, porque -de hecho- el bogomilismo fue perseguido por los emperadores bizantinos y por los reyes búlgaros de la Edad Media.

    Por lo demás, ¡un saludo!

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  4. El bogomilismo, o afición de bogomilo al servicio militar, no sólo debería ser perseguido por emperadores y reyes "vulgares" si no que debería de ser perseguido en todo tiempo y lugar, ¿no le parece?

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