domingo, 18 de diciembre de 2011

Para saber lo que es España

Carlos Rodríguez Mayo
Hace ya dos cursos que la Historia de España de 2º de bachillerato en Cantabria se imparte en un horario semanal de 3 horas semanales (4 horas antes) como consecuencia de la permeabilidad del PSOE a los malos consejos de algunos Directores y de una corte de ignorantes que no fueron capaces de valorar el error que suponía someter a nuestra juventud a una formación menor en la asignatura que más contribuye al desarrollo maduro de un sentimiento social y ciudadano y a la fundamentación de un comportamiento político responsable.
La implantación de estos cambios fue causa de una movilización de los profesores de Historia que fue apoyada por casi todos los sindicatos (UGT, STEC, CSIF, AMPE), aunque fracasó en hacer cambiar de opinión a la Consejera socialista, al sector dirigente entonces de CCOO (que jugó a lanzar la piedra y a esconder luego la mano), y que no llegó a mover la autocensura de la Facultad de Historia de la Universidad de Cantabria, que debería haber sido la primera en hacerse oir para defender la importancia de su propio trabajo.
Pues bien, en aquella movilización el Partido Popular se manifestó a favor de nuestras reivindicaciones y se opuso a la reducción del horario de la Historia de España. Llega ahora el momento de solicitarle que cumpla con el compromiso que expresó su portavoz de entonces, Don José Antonio Cagigas. Para eso haría falta corregir el Curriculum de Bachillerato de Cantabria o bien proceder a consensuar una nueva (y ójala definitiva) Ley de Educación que unifique la cada vez más diversa formación que los distintos curriculums regionales han introducido.
Si esto es o no necesario depende de la opinión de la sociedad en general, de los alumnos y los padres, y de los argumentos que los profesores de Historia empleemos para convencerles. Expresar que recuperar las cuatro horas semanales no es un prurito o un interés particular del profesorado y sí un bien esencial para nuestros estudiantes de bachillerato en un momento importante de su desarrollo social y ciudadano es esencial para no dejar que las torpezas del anterior gobierno sigan haciendo el daño que ya están produciendo. Expresar que Historia es verdad científica y no manipulación y que ese saber es trascendente en una democracia, es imprescindible. Informar de que en España se utiliza menos tiempo que en Francia, por ejemplo, en explicar su propia historia es relevante. Relacionar la sangre derramada por el terrorismo contemporáneo o por las guerras nacionalistas con la formación histórica de sus ciudadanos hace especialmente necesario estudiar historia en un país como España que ha sufrido el terrorismo nacionalista de ETA y que no ha solucionado aún de manera definitiva el desarrollo de su organización territorial. 

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